Gente, lugares y tradiciones

La Carihuela nuestra

En 1987 se fundó la Hermandad de Marineros de Nuestra Señora del Carmen de La Carihuela, organizadora de la imponente procesión de la Virgen hasta el mar

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Hace siglos, pescadores de Churriana, Los Boliches, Torre del Mar, Velez Málaga y otras localidades malagueñas, venían a faenar con cierta frecuencia al litoral de Torremolinos, debido a la abundancia de pesca de sus casi vírgenes aguas. Con el tiempo, hacia finales del siglo XVIII, muchos de aquellos curtidos lobos de mar, vista la riqueza marina del lugar, optaron por quedarse a vivir definitivamente en este paraíso costero. Se establecieron, pues, a lo largo de las arenas del humilde barrio de pescadores, engrosando el pequeño núcleo de población existente.
Se evidencia que los primeros pobladores vivían o se refugiaban preferentemente en las proximidades del mar, como se detecta en Torremolinos por las cuevas de su acantilado. Cierto que también algunas de estas cuevas se utilizaban como sepulturas y puede que incluso como santuarios. Disfrutando de benigno clima y sol abundante el lugar que después se llamó Torremolinos, y siendo rico en pesca y agua dulce procedente de los manantiales que se estiman entre los más copiosos de la Península, no extraña que el suelo torremolinense haya sido uno de los pioneros de la ocupación humana.


Se sospecha que tuvo que haber sido en la época árabe cuando se le dio al poblado pesquero el nombre de ‘La Carihuela’. En efecto, ‘carihuela’ es vocablo árabe que engloba los términos ‘cari’ (literalmente zarzamora) y ‘huelo’ (camino o senda habitual). Una ‘carihuela’ sería, pues, en principio, un ‘camino abierto entre zarzamoras’. En el caso de nuestro poblado pesquero por excelencia, La Carihuela, es patente que quienes vivían de la pesca se obligaban a subir desde la playa hasta el núcleo central de la población para vender sus productos, aunque también los vecinos de las zonas de arriba bajarían hasta la misma playa.


En ambos casos, es indudable que unos y otros caminarían por alguna vereda zigzagueante, abierta entre la maleza, seguramente consistente en zarzales, pues no se conciben las escarpaduras o declives del terreno, sean costeros o de interior, sin estar cubiertos de tosca vegetación. Son precisamente esas veredas zigzagueantes entre la maleza las que se opina que los árabes conocían como ‘carihuelas’ o ‘carigüelas’. De ahí podría venir el nombre de ‘La Carihuela’ dado al barrio de pescadores de Torremolinos.


No obstante, la denominación de ‘Carihuela’ podría derivar también de la planta trepadora científicamente denominada ‘Convolvulus arvensis’ (del latín ‘convolvere’, enredar, y de ‘arva’, campo de labranza), que es una de las que más nombres populares tiene. Comúnmente y por nombrarla de manera sencilla, se la conoce por ‘campanilla’. Pero uno de los nombres más extendidos de dicha planta es el de ‘carihuela’ y sus formas derivadas, a saber: carrihuela, carigüela, carrigüela, escarihuela y escarigüela, entre otras dicciones similares que abarcan más de cuarenta denominaciones en las que entran los términos ‘carri’ o ‘corri’ y ‘huela’ o güela’.
Los lugares silvestres en los que abundaban las plantas ‘carihuelas’ eran conocidos habitualmente por el mismo nombre de ‘carihuelas’. No se descarta que el nombre de La Carihuela dado al barrio de pescadores de Torremolinos se deba a la abundancia de plantas ‘carihuelas’ en su entorno. Sin embargo lo más probable es que, como se ha adelantado, el nombre de ‘carihuela’ dado a la planta campanilla tenga su origen en los estrechos senderos zigzagueantes que se trazaban en los sitios rústicos de difícil acceso, senderos a cuyos lados crecerían las silvestres campanillas o convolvulus.


Estos senderos se conocerían como ‘carihuelas’ y sus múltiples dicciones derivadas (carigüelas, carrihuelas, escarrigüelas…). Las plantas que envolvían tales caminos recibirían posteriormente la denominación de ‘carihuelas’ y vocablos similares, según el habla del sitio en cuestión.
Es curioso que la primera parte del vocablo ‘carihuela’ señale al término ‘carril’. Igualmente sorprende la voz ‘arri’ que entra en la palabra ‘carrihuela’, fonema que en euskera significa literalmente ‘piedra’. Y las carihuelas o carrihuelas son, efectivamente, veredas esculpidas en los suelos pétreos de montes, cerros o acantilados.


Por tanto, es más que probable que La Carihuela de Torremolinos deba su nombre al camino en zigzag que antaño se abría entre las plantas campestres que se conocían como campanillas y que tomaron el nombre de ‘carihuelas’. Bajar al poblado de pescadores sería sinónimo de ‘bajar por la carihuela o vereda zigzagueante entre plantas carihuelas, vereda abierta en la escarpa que moría en la playa’. Con el tiempo el poblado tomaría el nombre popular de La Carihuela.  


Siglos atrás había aceptado La Carihuela como Protectora a la Virgen del Carmen. Desde 1993 es Patrona y Alcaldesa Honoraria de Torremolinos. Ya a finales del siglo XIX existía en el lugar una ermita del Carmen, la cual, convenientemente ampliada y restaurada se consagró en 1953 como Parroquia. Durante la guerra civil fue quemada la imagen de la Virgen, salvándose la del Niño Jesús. La talla actual de la Virgen es obra realizada en 1940 por Francisco Palma Burgos, y el Niño es el mismo que se salvó de la quema.


En 1987 se fundó la Hermandad de Marineros de Nuestra Señora del Carmen de La Carihuela, que, entre otras facetas, se encarga de organizar la magna procesión de la Virgen hasta la orilla del mar, donde la imagen es izada a bordo de una barca seguida por un impresionante cortejo de otras barcas que la acompañan por las aguas. La procesión se desarrolla con gran emotividad y majestuosidad. Los portadores de la imagen, hombres y mujeres, visten el típico traje marinero que se utilizaba en el Servicio Militar de la Armada.


Hoy día La Carihuela se ha convertido en el barrio internacional del ‘pescaíto’, aunque mejor sería emplear el vocablo ‘reino del pescaíto’, pues La Carihuela es, sin lugar a dudas, ‘reina del pescaíto’. La palabra ‘pescaíto’ se originó precisamente en La Carihuela, a mediados del siglo veinte, gracias a la generosidad de los carihueleños.  


Como colofón, se inserta el poema ‘Oh, Carihuela’ que figura en el libro ‘Málaga me quema dentro’, dedicado a La Carihuela y a su Hermandad de Marineros: ‘Cual ángel de la guarda, oh Carihuela, / te mima la Hermandad de Marineros / que guía por augustos derroteros / al pueblo que del mar hace su escuela. / La arena de tu playa el sol anhela, / de besos te ha colmado -hondos, sinceros-; / con rayos candorosos, placenteros, / tu tez morena arrulla y la modela. / Eres, oh Carihuela, la despensa / del mar profundo, inmenso, inagotable, / que vida a los mortales les dispensa. / Tu clima suave, alegre y saludable, / del mundo entero es dulce recompensa. / Tu encanto, oh Carihuela, es envidiable’.     

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