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El truco o el trato de la investidura

La víspera de Todos los Santos no puede ser un lunes cualquiera. ¿Truco o trato? A la vista está. Una suerte de profecías acerca del nuevo gobierno que dará...

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La víspera de Todos  los Santos no puede ser un lunes cualquiera. ¿Truco o trato? A la vista está. Una suerte de profecías acerca del nuevo gobierno que dará a conocer Mariano Rajoy, el próximo jueves, y algunas de sus remotas ondas concéntricas: conexiones con Jaén, sin ir más lejos, recurrentes, nos entretienen la espera. José Enrique Fernández de Moya asiste, en su papel, atento a las observaciones de José Antonio Nieto, su compañero cordobés de fatigas, ex alcalde como él, a la investidura del jefe de filas. Encaramado en la parte alta del amplio espacio que ocupa el grupo popular en el hemiciclo, el diputado Fernández de Moya Romero, un portento de la discreción, a la sazón portavoz del PP en la comisión de Hacienda del Congreso, otea confiado la futura composición del Ejecutivo. Si su protectora, María Dolores de Cospedal, ascendiera al rango de ministra, a nadie debiera de extrañar que José Enrique tuviera sus oportunidades como subordinado de primer nivel en ese mismo ministerio. Cuentan, asimismo, que todo hay que decirlo, que pese a que nunca fue santo de la devoción de la todopoderosa Soraya Sáenz de Santamaría, él se seguirá desviviendo por contentar a su público en Las Cortes, y que a la vuelta de la esquina le aguardaría el anodino reto de la revalidación de la presidencia provincial, mientras cuatro pelagatos le alborotarían el gallinero en el momento de euforia personal más inoportuno. Caso de renunciar, por imperativo legal, a conservar la presidencia del PP de Jaén, De Moya dejaría antes de heredero orgánico, calentándole la silla, a García Anguita que a Contreras. La paciencia y el grado. Sospecha que enfrente, en el sector crítico, tiene a los de siempre: ex alcaldes y ex concejales, mayoritariamente de la ciudad de Jaén, que nunca le perdonaron que fuera tan inflexible con sus enemigos, y que sueñan esta vez estar liderados por una especie de Inmaculada Solar, con ganas de dar la batalla. Los críticos a De Moya, siempre tan previsibles, tan descuidados, tan de última hora. Por eso, Josenri, entiéndasele semejante castillo en el aire, no rehuiría el intento de volver a derrotarles en el venidero congreso provincial y luego irse a gobernar Las Españas con La Cospe. En el supuesto de que abandonase el escaño, recuérdese el detalle, sonaría la flauta de la Carrera de San Jerónimo a un fiel vasallo, el baezano Javier Calvente. Con él y con Ángeles Isac en el Congreso, todo continuaría quedando en casa.


Cámara baja. Baja estima. Cabizbajos. Quince diputados, ‘No es no’, rompen la disciplina de voto en el PSOE en la investidura definitiva de Rajoy. 68 abstenciones. Pedro Sánchez prefiere entregar el acta antes que allanarse al mandato “imperativo” del comité federal. Los dos de Jaén se abstienen, como está mandado, sin remilgos “imperativos” de conciencia. Sánchez, ni en la provincia ni en el conjunto de la región, tuvo jamás partidarios. Solo imposturas ocasionales por aquello del mal menor frente a Madina. Ahora, con las cartas boca arriba, de partida, sabe que no puede contar en Andalucía más que con el alcalde de Jun –Paco Reyes asegura que las dos mil firmas que José Antonio Rodríguez dijo haber recabado de las agrupaciones socialistas de Jaén, en pos de un congreso extraordinario exprés, son una invención-  y con una legión de militantes contrariados por el reciente ninguneo del aparato con respecto a la disyuntiva recreada entre la conveniencia de la abstención y el riesgo inherente a la celebración de las terceras elecciones generales para un partido hecho trizas. Con ellos, con los que no pudieron hablar ni pronunciarse, dijo, cuando renunció a los mullidos –muy conocidos por él- sillones del Congreso de los Diputados, empezará Sánchez Pérez-Castejón a construir su alternativa a cara de perro a Susana Díaz. Solo uno quedará vivo y el interfecto aún desconoce su condición de fiambre. ¿Truco o trato?

Cámara sepulcral

Crónica de una muerte anunciada. Cámara de Comercio. La gestora, las elecciones con un solo candidato, la auditoría encargada por el órgano tutelante, la criminalización de los tres años de mandato de Luis Carlos García, la amnesia colectiva en relación a los veinte años anteriores, el proceso de despatrimonialización emprendido por Barrionuevo -cual pollo sin cabeza-, como única huida posible hacia adelante. Entre todos la mataron, chuleándola durante décadas hasta decir basta, y ella solita se murió, pobrecita, cuando nadie importante la pretendía. ¿Que de las otras dos camaritas, todavía vivas, Linares y Andújar,  y este cadáver, pudiera salir, en términos de refundación, el engendro de un jovencito Frankenstein, sin deudas y con un modelo viable de financiación? La pelota está en el tejado del área de Comercio del Gobierno andaluz. Una desgracia como otra cualquiera.

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