En román paladino

Llegó el conflicto

No se tomaban medidas sobre los políticos que promovían el tinglado.

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Nada más conocerse el auto judicial que ordenaba la prisión incondicional para los líderes de las organizaciones independentistas – Jordi Sánchez y Jordi Cuixart – la televisión autonómica catalana -TV3- comenzó un programa especial de unanimidad de tertulianos y de políticos de total respaldo a los nuevos presos. La intervención de todos giraba sobre que nuevamente es España había “presos políticos”,  que España era como Turquía y las imágenes que acompañaban era las de las  caceroladas y concentraciones que se producían en Cataluña. Por encima de los argumentos que cada uno quiera emplear esa ha sido la norma de muchos años en la televisión pública catalana.

El asunto trascendental finalmente  era recurrir a Europa y a sus instituciones. A buena hora. Europa –sus instituciones y sus gobiernos-  abrumadoramente respaldan el orden constitucional y el Estado de Derecho, porque es su esencia fundacional,  lo que no obsta a que llamen al diálogo entre las partes para resolver la crisis. El catedrático de la London School Paul de Grauwe se cansará de decirlo pero no le harán caso: “Una Cataluña independiente sería menos soberana que ahora”.  Todos los saben ni  la UE,  ni la EFTA, ni la OTAN les abrirían las puertas con la oposición de España. La crisis  catalana está a punto de convertirse en una crisis  europea. La inestabilidad política nos empieza a acercar al fantasma de  la recesión económica y al aumento del paro. Hasta la Caixa deja el seguro del parlamento de Cataluña.


Se acusa de sedición.  Se entiende que son reos de ese delito los que “se alcen pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de las Leyes o a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público, el legítimo ejercicio de sus funciones o el cumplimiento de sus acuerdos, o de las resoluciones administrativas o judiciales”.  Pero esto debe valer para todos los españoles, salvo para los independentistas. Ellos estaban animando al público sobre los coches destrozados de la guardia civil y los agentes judiciales estuvieron cercados y retenidos todo un día en la consejería de Economía. Los medios han publicado el auto completo de unos hechos, que hay que recordar que se produjeron antes de las  torpes e inoportunas cargas sobre los votantes. Mientras,  no se tomaban  medidas   sobre los políticos que promovían el tinglado.

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