En román paladino

Moción de censura

La moción de censura, si se presenta, fracasará

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Puede ser oportunismo o puede tratarse de una oportunidad. La propuesta de moción de censura anunciada tiene más de trampa a  los partidos –especialmente al PSOE- y de  gesto, que   conecta con una parte importante del electorado por los escándalos de corrupción, que de una iniciativa trabada  con los actores que pueden hacerla triunfar.

Las mociones de censura en España son constructivas. “La moción deberá ser propuesta, al menos, por la décima parte de los Diputados en escrito motivado dirigido a la Mesa del Congreso –dice su Reglamento- y habrá de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno que haya aceptado la candidatura”. Podemos tiene de sobra diputados para hacerlo. Ganarla es harina de otro costal. Se precisa mayoría absoluta del Congreso y ya  los grupos políticos  que podían sacarla adelante se han pronunciado en contra. Los 176 diputados necesarios están muy lejos de lograrse.   Tampoco se ha negociado  el candidato a presentar, pero está presente la ocasión perdida de la  investidura de Pedro Sánchez  de marzo de 2016. Los  219 votos en contra y 131 a favor pesan como una losa sobre el pasado de Iglesias, porque hace un año pudo echar a Rajoy y no lo hizo. 

Mala fe,  falta de rigor y fuegos artificiales - dice el PSOE-,  que se han enterado por SMS, 15 minutos antes -protesta el PNV-,  Esquerra Republicana expresa que apoya si se hace un referéndum en Cataluña y, finalmente, Ciudadanos tacha directamente de número de circo la iniciativa de Unidos Podemos. Sólo Compromís del País Valenciano ha apoyado sin reservas  la moción de censura que se propone. Ni que decir que el PP  rechaza la medida pero recibe el mensaje de que algo empieza a moverse.

La debilidad del ejecutivo se agrava porque los casos de corrupción  y las interferencias a su investigación por parte del gobierno han quedado al descubierto,  pero también afecta al PSOE –sin dirección desde hace seis meses- porque, como dice Ignacio Sanchez-Cuenca, “el PSOE ha permitido con su abstención “responsable” que la democracia española transija con unos niveles de corrupción intolerables”.

La moción de censura, si se presenta, fracasará. Ya le sucedió a Felipe González y a Hernández Mancha. Al primero le sirvió para llegar a la Moncloa y al segundo le obligó a irse a su casa.

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