Esta semana se celebra la Semana Santa, en la que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Casi 2000 años después de ser condenado a muerte por los romanos, en España se celebra la Semana Santa. Una semana que algunas personas viven con profunda espiritualidad y para otras es una oportunidad para viajar (si su economía se lo permite).
Este año, ha coincidido que el 14 de abril, lunes Santo, también se conmemora el 83 aniversario de la proclamación de la II República Española. Fue tras las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 y gracias al respaldo ciudadano, los partidos republicanos y de izquierdas consiguieron la mayoría en cuarenta y una capitales de provincia y España paso de ser una Monarquía a una República, un sistema de gobierno en el que la Jefatura del Estado no es un derecho hereditario.
Lamentablemente, la intolerancia de las élites económicas, militares y eclesiásticas de la época que apoyaron el golpe de estado militar de 1936, pusieron freno al avance democrático de nuestro país y sumieron a España en 40 años de dictadura, tras 3 años de guerra y miles de fallecidos. Fueron 40 años de opresión por la fuerza de las armas, frente al deseo del pueblo español, que no pudo volver a decidir sobre su destino hasta finales del siglo XX. Ni las armas de los romanos pudieron acabar con la semilla de Jesús de Nazaret, ni las armas de Franco pudieron impedir la vuelta de la democracia a España… y veremos si en el futuro, la realeza también deja de ostentar la Jefatura del Estado y es la ciudadanía la que puede elegir al máximo o a la máxima representante de nuestro país, como sucede en otros países de nuestro entorno.
¿A quién le puede molestar que se celebre la Semana Santa? ¿A quién le puede molestar que se celebre el 83 aniversario del paso democrático de la Monarquía a la República a España? Hoy día tenemos problemas mucho más importantes por resolver, que perder el tiempo y energías en discusiones viscerales sobre acontecimientos que son parte de nuestra historia y que cada cual debe poder conmemorar como mejor lo desee. Ahí está la grandeza de la libertad y de nuestra democracia, en la que caben quienes salen a la calle por sus creencias o para reclamar derechos para todos y también quienes no salen a la calle ni a defender sus propios derechos o los de sus hijos.
Ninguno de estos acontecimientos es patrimonio de nadie, ni nadie puede pretender crear enfrentamientos o bandos entre las personas que sienten como parte de su vida ambas celebraciones. El respeto a los demás, tiene que estar por encima del miedo o el odio. El respeto a la libertad. Feliz Semana Santa y feliz 14 de abril.
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