Quiero no equivocarme, pero creo que fue en la década de los 80 cuando el artista Chiquetete sacó un nuevo trabajo discográfico con una canción que sonó mucho en aquellos años y que respondía el título de “Solo”. La primera estrofa de esta canción es la que le da título a esta columna.
Traigo hasta aquí esta reflexión porque creo que es la canción que debe estar sonando desde el pasado domingo en la cabeza de Pedro (obvio su apellido). Y cada vez más solo, fruto de su empecinamiento y sus constantes “noes” a colaborar en la salida del bloqueo en el que está sumido nuestro país. Observen, por poner un dato, cómo está empezando a ralentizarse la economía, en los datos que nos arrojan sectores tan significativos como la venta de vehículos o las hipotecas. Son números aún casi insignificantes, pero puede extraerse la lectura de que el parón está comenzando a producirse.
A Pedro (sigo obviando su apellido) empieza a ponérsele feo el panorama tras los resultados de las últimas elecciones en el País Vasco y Galicia. Mientras que los que le han estado mandando mensajes en los últimos meses están recrudeciendo sus declaraciones, otros (y otras) están saliendo a la palestra a desatar sus lenguas. La propia presidenta del PSOE, Micaela Navarro, se contraria con su secretario general. Por aquí abajo, la incombustible Susana Díaz habla de posicionarse “a la cabeza o a la cola” según le dicten las bases y quieran los afiliados. Y otros notables socialistas también le indican que a tenor de lo que han dicho las urnas en las referidas autonómicas, es tiempo de “coger la ropa de invierno y de verano y marcharse a casa”. Vara e Ibarra incluso le lanzan el órdago de abandonar el partido si pretende llegar a la Moncloa a cualquier precio, léase pactando con los independentistas. Y Eduardo Madina frotándose las manos, no se lo pierdan...
Si el Comité Federal previsto para el próximo sábado rechaza su plan de convocar un congreso en diciembre, Sánchez (ahora sólo el apellido) debe dimitir. Así lo ha dicho no otro que Felipe González, que se quitó la máscara ya hace tiempo. El expresidente, además, carga de forma rotunda contra su secretario general, manifestando sentirse “engañado” por el actual líder de los socialistas porque, según su versión, le aseguró que se abstendría en la segunda votación de la investidura de Rajoy, después de las elecciones del 26 de junio.
O lo remedia a tiempo, tiempo que no tiene, o va a pasar a la historia política de este país como el dirigente socialista más “popular” de su historia. Y esto no va a ser bueno para nadie.
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