La pedrea

El espacio, que afortunadamente carece de buena puntería, lleva toda la vida apedreándonos

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Tras el paréntesis de la Semana Santa, en la que huyo de santos y capirotes porque con tanta gente se monta la de Dios es Cristo, vuelvo a mi amada rutina, que en eso consiste la felicidad, y vuelvo a encontrarme con mi amigo Lucio en “El chipirón colorao”. He sabido por la prensa de los sustos y alarmas producidas, tanto en Málaga como en Sevilla, por algunos altercados que la gente confundió con un posible atentado terrorista. No cabe duda de que los yihadistas lo han conseguido. El miedo está presente en toda Europa y el problema es que no hay forma de prohibirlo.

Parece ser que el pedrusco 2014JO25, de más de medio kilómetro de diámetro, va a pasar a un tiro de piedra de la Tierra. Decía Lucio que eso no es nada anormal. El espacio, que afortunadamente carece de buena puntería, lleva toda la vida apedreándonos y sólo una vez, con un pedrusco grande, acertó en el blanco. Se cargó a los dinosaurios. A Asterix y Obelix, que no le tenían miedo a los pedruscos que les catapultaba Julio César, si que les horrorizaba que el cielo les cayera sobre sus cabezas. Pero poco o nada hemos de temer nosotros del espacio exterior, por mucho que éste nos apedree. A lo que hemos de temer es a que algún terrícola, el llamado Trump por ejemplo, nos arroje la “bomba madre” y que, para hacerle compañía, algún otro terrícola, pongamos ahora que se llame Putin, nos tire la “bomba padre”. Y, para colmo, se una a la fiesta el llamado Kim Jong-un arrojándonos la “bomba nuclear”.

Los humanos, que nunca nos entendimos, llevamos apedreándonos desde que vivíamos en los árboles. Primero con piedras, después con lanzas, más tarde con flechas, balas, bombas, gases letales, átomos radioactivos y, últimamente, en España, hemos aprendido a arrojarnos autobuses. Primero fue el bus del pito y la vulva, y ahora el tramabús de Podemos ¿Cuál será mañana?
La auténtica pedrada se la han dado a Rajoy  que tiene que declarar, y no sin razones, como testigo (que en España se entiende como estar condenado) ante la Audiencia Nacional. Consuela comprobar que en nuestra democracia la Justicia sea independiente del Poder Ejecutivo, aunque los del tramabús, según qué casos, digan lo contrario ¿Se imaginan a Maduro llamado a declarar ante un tribunal por las implicaciones de su lugarteniente Diosdado Cabello y algunos familiares en el tráfico de drogas?

“Como a nuestro parecer cualquiera tiempo pasado fue mejor”, cantaba Jorge Manrique. A algunos recordar el pasado nos produce pesadillas, pero a mi parecer, son peores las pesadillas que se tienen imaginando el futuro. Y no precisamente por los pedruscos como el 2014JO25.

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