Ordeno y mando o, dicho de otro modo, el que manda, manda y cartuchos al cañón. Eso es lo que se han encontrado los concejales del Partido Popular tras la sustitución de Alfonso Candón como presidente.
El nuevo presidente, German Beardo, parece que no haya entrado con buen pie al tenerse que enfrentar con los miembros de su equipo municipal que no fueron consultados a la hora de la elección y, probablemente, tengan razón al presentar sus quejas a la Dirección Provincial, a sabiendas de que el todopoderoso presidente provincial, Antonio Sanz, podría tener escayolado el dedo índice de la mano derecha, tal y como hemos podido comprobar en ocasiones anteriores.
Es decir, lo que en política se llama ‘dedocracia’. Y a pesar de esas quejas, puede que se haya escayolado el dedo corazón. Una vez más se demuestra que en el Partido Popular no hay democracia interna, porque no solo está ocurriendo en El Puerto, sino que también pasó lo mismo en otras localidades, así pues, no me extrañaría que los cinco concejales portuenses, que son mayoría en el grupo municipal del PP, presentarán su dimisión entregando sus actas o, como vulgarmente se dice, cogieran carretera y manta.
De producirse este supuesto, sería un escándalo a nivel nacional que arrastraría a otros muchos a hacer lo mismo con la consiguiente pérdida de votos que ello representa.
En nuestro querido pueblo, lo tienen crudo ante una derecha dividida representada por el Partido Popular, Ciudadanos y Vox, que también se presenta a las próximas elecciones locales, y ante río revuelto… ya se sabe, ganancia de pescadores, que ya están con la caña preparada el Partido Socialista y, sobre todo el nuevo partido Andalucía por Sí, cuyo candidato, Antonio Jesús Ruiz ya ha mostrado su deseo de ser el alcalde que El Puerto necesita.
No me gusta la dedocracia, aunque firme como El Dedócrata, pero mientras el todopoderoso siga en el puesto de mando, el Partido Popular jamás alcanzará la mayoría necesaria para gobernar nuestra ciudad.
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