Se ha cumplido un año desde las últimas elecciones municipales y autonómicas. Deberíamos hacer balance para poder comprobar, respetando la opinión de mis amigos de Facebook, el mal funcionamiento de las coaliciones de izquierdas.
No voy a entrar en detalles, sin embargo a nadie se le escapa lo que está ocurriendo en ayuntamientos como el de Madrid, Barcelona o Cádiz, donde los regidores no dan la talla esperada, bien por falta de conocimiento, de experiencia, o simplemente porque el cargo le viene grande.
Nunca tantas ciudades de España pudieron caer tan bajo y sus gobernantes haber llegado tan alto… y todo esto ha ocurrido gracias al apoyo recibido, en la mayoría de los casos, del Partido Socialista.
Se han dejado de dar licencias de obras, se maltrata al turismo y se ahuyenta a los inversores. Tenemos que igualar a la sociedad pero por arriba, y no por abajo como pretenden tantos gaznápiros. Es necesario cambiar el rumbo y además obligatorio.
Resulta difícil comprender cómo ciudades como la nuestra no despegan. El Puerto de Santa María ha sido la envidia de toda la provincia, ha sido la perla de la bahía gaditana, ha sido un barco a toda vela rumbo a la prosperidad, ha contado con un turismo de calidad gracias a sus hoteles, bares y restaurantes; ha tenido un comercio floreciente y ha sido visitado por innumerables españoles y extranjeros.
Durante dos décadas se construyeron casi 5000 viviendas de protección oficial, sin embargo los últimos 30 años no han llegado a trescientas. Una verdadera vergüenza, ¡cuánta ineptitud!
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