Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino. Hoy toca escribir sobre una de las fiestas más populares de nuestra querida ciudad. Durante años y años, tras la izada de banderas por autoridades locales, provinciales, regionales, nacionales e incluso europeas y americanas, ha habido una recepción de bienvenida alrededor de una copa de vino como testimonio de los productos sin igual que salen de nuestras bodegas.
Es lamentable que, con una hipocresía sin límites, se suspenda un acto que reflejaba la identidad de nuestro puerto vinatero y pescador, con esta forma de proceder en aras de una labor social, cambiando la recepción por un almuerzo a colectivos desfavorecidos. Señor Alcalde y compañeros de gobierno: eso se llama demagogia.
Si verdaderamente quieren hacer una labor social, no insulten a los más necesitados dándoles una comida en el recinto ferial, que de eso ya se ocupa Bienestar Social, Cáritas y otras ONG.
Resulta vergonzoso además el haber dirigido una carta a los invitados de siempre para decirles que no están invitados, esperando que les aplaudan y les reconozcan que tienen alma caritativa; señor Alcalde y compañeros de gobierno: al César lo que es del César...
Resulta insólito dedicar la Feria a Málaga y advertirles que se traigan el bocadillo y la botellita de agua, tal y como hacen los niños de los colegios cuando van de excursión. No tengo datos acerca de la presentación del cartel en la capital de la Costa del Sol por los concejales de Turismo y Fiestas, pero seguro que fueron mejor recibidos que como se pretende hacer aquí.
Si quieren hacer obras de caridad, rásquense los bolsillos. El Gran Puerto de Santa María no es un corral de cabras, sino la Muy Noble y Muy Leal Ciudad como la definió Alfonso X el Sabio.
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