El pasado día 13 en el Coso Municipal se celebraba un festejo en el que actuaba como cabeza de cartel nuestro primer edil, acompañado de su cuadrilla y del resto de subalternos invitados al evento. Al comenzar se abrieron las puertas y los aficionados irrumpieron en la arena con el deseo de que se celebraran mayor número de acontecimientos.
Ante este hecho, el primer espada tuvo que abandonar la plaza y trasladarse a otra contigua para celebrar la lidia con los personajes del mundo taurino que además no habían pagado la entrada. Se expusieron los problemas, y fueron bien recibidos a puerta gayola, girando su capote por encima de la cabeza como mandan los cánones y dejándolos correr para su desahogo. Mientras tanto, en el otro albero, el peón de confianza le hacía el quite por chicuelinas.
Continuando con nuestro personaje, a pesar de las dificultades tomó la muleta con la mano izquierda apoyando el palillo en la punta de los dedos, dejando unos muletazos de cine y sin que en ningún momento fuera desarmado.
Tras varios derechazos, y mirando al tendido, terminó con un pase de pecho que arrancó los aplausos de algunos de los asistentes.Al final y como culminación, recordando a nuestro admirado maestro de la tauromaquia allí presente, fue recibido tres veces con dos pinchazos y media estocada aunque no llegó a tocar pelo.
Nuevamente los aplausos de los aficionados de su cuadrilla y subalternos… alguno se quedó con las manos metidas en los bolsillos.
Solo una crítica: mucho ruido y pocas nueces. La protesta estaba representada por menos de cien personas, que no son más que fiel reflejo del vacío que presenta durante la temporada taurina nuestra Plaza Real.
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