Una vez más, la concejalía de Turismo y Promoción de la Ciudad se reúne con el sector turístico para presentarles un plan de actuación sobre el desarrollo del mismo.
Los objetivos marcados son muy loables, pero lo cierto es que los empresarios vienen reivindicando desde hace años, en las numerosas reuniones mantenidas, que se pongan en marcha y se cumplan los acuerdos a los que se llegaron. Reuniones, planes, proyectos, dosieres, power points... y falta de agilidad administrativa.
Eso sí, voluntad, mucha. Me voy a permitir dar un consejo haciendo un símil. Para iniciar el camino hacia la meta, los empresarios, comerciantes, autónomos, trabajadores y administraciones públicas son los ‘costaleros’ que van debajo del ‘paso’.
En un momento determinado, después de haber tomado posiciones -unos van de fijador, otros de corriente, otros de patero- , dicen al capataz “cuando quieras”, y éste contesta “a ésta es”… pero si no golpea el llamador con fuerza, no habrá ‘levantá’ y, por tanto, no se moverá ni un milímetro.
El lector, que es muy inteligente, sacará sus conclusiones de esta comparación y quiero suponer que el concejal delegado no se enfadará por esta crítica constructiva, aunque últimamente todos los miembros del gobierno municipal están muy sensibles a los comentarios que no les son propicios.
Naturalmente no me preocupa lo más mínimo lo que piensen de mis artículos, lo que no llego a comprender cómo es posible que en cuatro meses que les quedan en el cargo vayan a cumplir con los objetivos expuestos cuando no han sido capaces de cumplirlos en cuatro años. Y al final, llegan los políticos que se pican con lo que la gente opina. Relájense.
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