Después del enorme esfuerzo en la elaboración de un Presupuesto alternativo de 700 folios y de pasar noches en blanco cuadrando sus particulares cuentas para la ciudad, el PP corre el riesgo de tirarlo todo por la borda y su anunciado propósito de convertirse en oposición útil y de tender la mano al gobierno de Espadas por su empecinamiento en insistir en una fórmula errónea y en acusar al alcalde de recurrir a argucias legales para su inadmisión en supuesta complicidad con el secretario y el interventor.
Estos, en un dictamen jurídico realizado a petición del delegado de Hacienda tras la polémica suscitada, han dejado meridianamente claro que la vía elegida por el PP (Presupuesto alternativo registrado sin siquiera alusión a que se trate de una enmienda, aunque sea a la totalidad, y en tal hipótesis tampoco admisible) no se atiene al ordenamiento jurídico vigente y por tanto no puede ser aceptado. Sólo el alcalde tiene la facultad de presentar un Presupuesto para la ciudad y a partir de ahí los grupos pueden enmendarlo.
El resto de formaciones acordaron ampliar el plazo para que el PP pudiera reflexionar y registrara enmiendas sobre las que poder negociar, debatir y votar su aceptación o rechazo en comisión. Al PP le toca decidir ahora si quiere convertir su enorme trabajo en propuestas negociables o bien empecinarse en formalismos estériles para que acabe como mero papel mojado.
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