Editorial Sevilla

La Expo que cambió Sevilla

Hoy se cumplen veinticinco años de la inauguración de la Expo-92, el vento que provocó la mayor transformación de Sevilla

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Hoy, 20 de abril, se conmemora el XXV aniversario de la Exposición Universal de 1992, el gran evento sin el que no podría comprenderse la Sevilla actual, hasta el punto de que podemos hablar de que hubo un antes de la Exposición y un después. Por causa de la Muestra Universal se levantó al otro lado del Guadalquivir casi una urbe nueva en la isla de la Cartuja, que hoy alberga desde el rascacielos hasta el Parque Científico y Tecnológico y el Temático de Isla Mágica.

Se quitó el “tapón” de Chapina y así la dársena pudo extenderse hasta el meandro de San Jerónimo. Se construyeron nuevos puentes (Alamillo, Barqueta, Cartuja, Cristo de la Expiración, Delicias, Centenario) para salvar el río y favorecer las comunicaciones. La ciudad fue liberada del dogal ferroviario, simbolizado en el muro de la calle Torneo, y pudo mirarse por fin el el espejo del Guadalquivir por el Oeste.

También se acabó con el arcaico paso a nivel con barreras de la calle Felipe II, se soterró la línea férrea a Cádiz, se construyó la moderna estación de Santa Justa y llegó el AVE. Prácticamente se hizo un nuevo aeropuerto, se construyó la SE-30 y otras rondas, y la autovía hasta Huelva y luego a Portugal. La ciudad contó con la planta hotelera más moderna del mundo y se tendió la primera red de fibra óptica de España. Más un larguísimo etcétera. Gracias a la Expo-92, Sevilla amaneció en el siglo XXI con un decenio de antelación.

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