Editorial Sevilla

Pisos-patera de la movida

El Ayuntamiento ha de actuar ante este nuevo fenómeno de traslado de la movida y las botellonas desde la vía pública al interior de pisos de alquiler

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La denominación “pisos-patera” se acuñó popularmente para definir los inmuebles ocupados por un número muy superior de personas, generalmente inmigrantes, al que permitiría su teórica capacidad máxima. Se han registrado en diversas ciudades de nuestro país, como Barcelona (cerca de 800 en total), casos de pisos que habiendo sido construidos para una familia media de cuatro personas estaban ocupados por más de dieciséis.

En Sevilla estamos asistiendo al fenómeno equivalente de los pisos-patera pero para la movida juvenil, con mayor incidencia en el barrio del Plantinar por su cercanía al campus de Ramón y Cajal pero también de forma aislada en otras zonas de la ciudad. Se trata de inmuebles que sus propietarios, los cuales suelen residir muy lejos de allí, alquilan a estudiantes y que se desentienden del uso que éstos les den más allá del abono de la renta mensual.

Estas viviendas estudiantiles acaban convirtiéndose en escenario de multitudinarias fiestas nocturnas, generalmente a partir de la segunda mitad de la semana. Por el ruido que generan impiden el descanso de los vecinos tradicionales del barrio y alteran la convivencia ciudadana. Los residentes de toda la vida se sienten indefensos ante este traslado de la movida y las botellonas desde la vía pública al interior de estos pisos-patera saturados de gente y se quejan de que sus denuncias a la Policía por los excesos de ruido raramente son atendidas. El Ayuntamiento no puede permanecer indiferente a esta  nueva realidad del divertimento juvenil y ha de actuar para preservar el derecho de todos al descanso.

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