Ayuda a las familias

Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai

Las economías familiares representan uno de los sectores más determinantes de la actividad económica, de tal forma que su aportación resulta imprescindible para apuntalar la incipiente recuperación. Sin embargo, actualmente, esta aportación está claramente condicionada  por las enormes cifras de paro que soportan que,  por otra parte, coincide con la necesidad de reducir paulatinamente su alto apalancamiento que alcanza 720.000 millones de euros. Si de otro lado también computa negativamente los ajustes salariales producidos, resulta claro que, todos estos aspectos, influyen de forma decisiva en la evolución del consumo, factor esencial para reactivar la actividad económica. Esta situación determina que el ahorro familiar esté marcando registros desconocidos. Si bien, al menos aparentemente,  queda preservado el poder adquisitivo de los salarios debido a los bajos índices de inflación y, por otra parte, la coyuntura de los tipos de interés, que marca registros bajistas históricos, suaviza el pago mensual de sus préstamos e hipotecas. Resulta, por tanto, plausible que las políticas gubernamentales se centren ahora en conformar medidas estratégicas que coadyuven a potenciar sus disponibilidades liquidas susceptibles de ser destinadas a estimular el consumo. Así, según esas informaciones, próximamente se elaborará El Plan Integral de Apoyo a la Familia. Este plan estará plenamente coordinado con la reforma fiscal que se está estudiando, cuyo aspecto más relevante se centrará, entre otros, en la reducción de los tramos del IRPF, con la que se pretende dar absoluta prioridad a  este segmento, con el objetivo prioritario de adicionar liquidez a sus ajustadas  disponibilidades y reactivar el consumo, factor decisivo para estimular la creación de empleo. Además deberá contemplar el fomento de la conciliación y corresponsabilidad familiar, laboral y personal, para favorecer el acceso y permanencia en el mercado de trabajo. Por otra parte deberá atender a la mejora de la atención a las familias con especial énfasis en atajar la pobreza infantil, cuyos niveles conocidos últimamente sitúan a nuestro país en uno de los puestos más desfavorecidos de los países desarrollados. Si los últimos movimientos estratégicos comerciales de las entidades financieras parecen pretender restablecer el crédito a las pymes, aspecto sobre el que hemos mostrado ciertas dudas sobre su virtualidad en el plazo corto, también deberían incluir en esos planes estratégicos políticas de reactivación del crédito destinado a las economías familiares, que, paralelamente,  podrían verse beneficiados por las esperadas medidas que el BCE deberá aplicar para atajar la revalorización del euro y la amenaza de deflación, aspectos que pueden interceptar la recuperación económica de la eurozona. De esta forma se completaría un cuadro que, si realmente se desarrolla, podría suponer un cambio radical en la actividad económica general con especial efecto positivo en el empleo. Sin embargo, mucho nos tememos que el alto endeudamiento que registra este sector puede suponer un obstáculo difícilmente salvable para lograr incrementos netos en sus posiciones de nuevos créditos. Deseo aprovechar mi espacio de hoy para hacer patente mi respeto y admiración por Antonio Garrido, que con su probada competencia y maestría, ha liderado el fenomenal equipo de este periódico permitiendo que su difusión haya alcanzado puestos de privilegio en el ranking local. Desde estas líneas mi afecto y consideración. Un abrazo.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN