El gobierno que llegó con el frío

Puede decirse, en un primer análisis, que una buena parte de la política gubernamental viene determinada por la propia elección de las carteras ministeriales

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Ahora que finalmente hay gobierno la importancia de la política nacional se desplaza a las decisiones que, de manera inmediata, vaya a adoptar el ejecutivo para abordar las cuestiones importantes que llevan esperando más de un año en la sociedad española. Puede decirse, en un primer análisis, que una buena parte de la política gubernamental viene determinada por la propia elección de las carteras ministeriales y las personas situadas al frente de ellas. No hay, como seguramente era de esperar, un Ministerio de Cultura porque seguramente este gobierno piensa que en tiempos de crisis puede prescindirse tranquilamente de esos alimentos del alma. Después de todo, lo importante es que la economía se desarrolle y ni el teatro, ni el cine, ni la literatura están a la altura de las procesiones, el fútbol y las corridas de toros, verdadero carnet de identidad de nuestro país.

Por otra parte, las personas situadas al frente de cada ministerio deben tener ya perfiladas sus políticas. La representación andaluza del gobierno de la nación, el señor Zoido, ministro del Interior,  ha sido inmediatamente conocida en el estado por su “original” idea de multar con más de seiscientos euros a los que revuelven los contenedores de basura suponiéndoles una capacidad económica parecida a la de la clase política pero que por el capricho de entretenerse buscan lo que otras personas desechan.

Las mujeres que han entrado en el gobierno mantienen asimismo perfiles propios y diferenciados de cualquier clase de feminismo trasnochado. La señora ministra de Defensa percibirá su salario en diferido, sin perjuicio de ser llamada a declarar por algún juez en algún momento de algunos de los procesos penales seguido por la corrupción de su partido. Y la señora ministra de Trabajo, cuya experiencia y participación en el control de la crisis del empleo la ha avalado para repetir, ha indicado tempranamente que habrá que revisar las pensiones de viudedad amenazando con su supresión.
Y la oposición, ¿Dejará que todo esto ocurra?

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