Es una cifra impresionante. Quizás, si te pones a pensar en el pasado, en los 20.000 que se abonaron en Primera División, pues puede parecer que todo puede ir mejor. Y no hay dudas, siempre se puede ir a mejor. Pero vamos a dejar de mirarnos el ombligo, de decir eso del onubense apático. Ser socio del Recreativo tiene mucho mérito porque aunque creo que han hecho una plantilla realmente buena, la tendencia del club era de caída en picado. Es decir, si tratamos a los clubes de fútbol como negocio, que es la forma en la que la LFP se empeña y la propia ley de las Sociedades Anónimas Deportivas lo permite, el Recre no debería de tener ni un solo socio.
¿Quién iría a una peluquería, por ejemplo, cuyos trabajadores no cobran, cuyos peinados han decaído con los años y con un local sin suministros básicos? Nadie. No es que el Decano sea un foco de masoquistas a los que les gusta sufrir, es que compararlo con un negocio cualquiera está alejado de todo sentido. El Recreativo son 10.000 socios (más) porque al Recre se le quiere, se le ama, se le mima y se le da todo. A mí no me valen cosas como “qué criticones son”, “sólo están en las buenas”. No, no. Estar con el Recre a estas alturas es ilógico para el cerebro para maravilloso para el corazón. Y tampoco es que la afición haya respondido ahora, es que acuden en masa cuando deben ser la artillería: en la manifestación de octubre, en la campaña de Líberos del Decano, cuando el equipo agonizaba deportivamente… son hitos importantes. Siempre habrá algunos, minorías, que pondrán un “pero”, ¿y qué? Somos cada uno de nuestra madre y nuestro padre, con permiso de las probetas, discutimos, pensamos diferente en infinidad de tema y hay filosofías dispares. Pero somos demasiados los que como fondo común, como background o como meta, sólo tenemos las palabras Recre en
nuestra mayor afición. Y es que ahora hay 10.000 socios, pero son más, muchos más, en Huelva y fuera, o que no van al campo pero están ahí en ese momento crucial, los que forman parte del regadío de vida del Decano. Y si nos permite quién sea, cómo sea, quitarnos la soga del embargo de Hacienda, pienso que es cuando debemos atacar con todas fuerzas a que institucionalmente el germen del Recre sean sus aficionados. Ahora mismo, como pioneros, algo habitual por estos lares, se ha creado la figura del
SLO (enlace de la afición) que intuyo de vital importancia. Innovamos con el fútbol, con asociaciones de aficionados que quieren gestionar y ahora esto. No, el Recre no es un negocio. El Recre somos nosotros. Seguimos.
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