De vuelta a Ítaca

Otra vez con la misma cantinela

Tenía que pasar. Era previsible. Cada vez que se toca el tema, periodistas y políticos de la caverna resucitan como un Lázaro cualquiera para repetir una y otra vez la misma cantinela...

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Tenía que pasar. Era previsible. Cada vez que se toca el tema, periodistas y políticos de la caverna resucitan como un Lázaro cualquiera para repetir una y otra vez la misma cantinela: Viven en el pasado; no tienen nada más importante de lo que ocuparse; intentan cambiar nuestra historia; ¿qué pasa con Paracuellos?; …Cuando no pueden  cargar con más indignación, a alguno incluso se le escapa lo que realmente piensa, dejando a relucir sus simpatías a un régimen al que poco o nada habría que reprocharle, pues al fin y al cabo, si asesinó, reprimió, violó y torturó, lo hizo sólo por salvar a España del caos reinante, culpa de la permisividad de una república que tuvo el error de haber sido elegida por ciudadanos que no sabían qué votaban… Casi como en Grecia, fíjese usted bien.

Como se aproximaba el 18 de julio yo ya sabía que esto tocaba. En Madrid y Barcelona, ya los “populistas” de Ahora Madrid y Barcelona en Común habían anunciado medidas, y eso abonaba el terreno. Sólo hacía falta un gesto para encender la mecha. Y el gesto llegó, y fue firmado por el nuevo concejal de Izquierda Unida en Sevilla, Daniel González Rojas, por pedir al alcalde que intercediese con el arzobispado, para que saque de una vez a Queipo de Llano de la basílica de la Macarena. No era el primero en atreverse a hacer esa petición, pero como parece que en verano hay pocas noticias, la Sevilla más reaccionaria quiso cebarse con él, atacándolo en las redes y sacando tweets de hace años para demostrar el anticristianismo confeso de este personaje, comunista, ateo y homosexual -y es que todo lo tiene el pobre para desagradar a ciertos sectores-.

El que Queipo esté enterrado en una iglesia no incumple la llamada Ley de Memoria Histórica, aunque diversos juristas ya han señalado que esto contraviene el Derecho Constitucional Canónico. Yo, que soy tan ateo como Rojas, no soy quién para recordar a la Iglesia sus normas internas, pero desde luego que, como ciudadano, puedo expresar libremente la repugnancia que me causa que un personaje como él, esté enterrado con honores en una ciudad en la que dejó un rastro de sangre y dolor difícil de olvidar. Un general que animaba a los suyos a violar a las mujeres de los “rojos”, y que dirigió con mano de hierro los crímenes de lesa humanidad que se cometieron en Andalucía, no parece un ejemplo ni de buen cristiano ni de ciudadano, y por eso, Queipo de Llano no debería tener más recuerdo en Sevilla que el de las atrocidades que protagonizó.

Me temo que la Iglesia -tan lenta casi siempre para algunas cosas mundanas-, todavía no está preparada para sacar a Queipo de la Macarena, y ni siquiera creo que el Papa Francisco vaya a interceder por aquellos hombres y mujeres que fueron asesinados por defender la libertad, por culpa de un militar oportunista que se reía de las consecuencias que tenían sus órdenes desde las emisiones de Radio Sevilla. Un miserable que hoy, para vergüenza de la cristiandad, sigue enterrado en el seno de la basílica de la Hermandad más querida de los sevillanos, muchos de cuyos fieles, también fueron asesinados por Queipo en aquellos terribles años treinta.

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