Reniego de una sociedad que tenga que esperar a que un tribunal exterior diga que algo es injusto para modificar sus propias leyes, lo que deja claro hasta qué punto los que hacen las legislaciones son unos incompetentes. Y quienes hacen las leyes no son otros que los dirigentes a los que todos votamos y que a todos nos representan. ¿A todos? No sé, cada día lo dudo más y cada día estoy más convencida de que la brecha que están abriendo será más difícil de cerrar.
Lo malo es que no es sólo en el caso de los desahucios y las cláusulas abusivas de la banca, que ya era hora de que alguien les dijera a estos usureros que se estaban pasando y a esos que les protegían, que la estababn cagando. Lo cierto es que no es la primera vez que son los propios jueces los que ponen en duda la injusticia o la inconstitucionalidad de una ley, de una norma, de un reglamento, de un decreto... ¿Tan difícil es hacer las cosas bien desde un primer momento? Porque no es lo mismo que una decisión judicial sea cuestionable o no guste, a que sea injusta por culpa de una ley, es decir, que no se puede hacer Justicia porque el instrumento de la Justicia es injusto.
Las consecuencias, ya las hemos visto y -repito- no sólo en los desahucios (imagino que pocos de los responsables se despiertan por la noche pensando en los suicidados) sino en todos los ámbitos de la vida. Lo que ocurre es que la actuación de la banca, con el beneplácito y acomodo legal de la política que se sienta en las Cortes Generales, ha llegado al extremo de tener que salir al exterior para que le digan que es injusta. Y no olvidemos que el Gobierno ha esperado, por decisión propia, a Bruselas para aceptar modificar esa ley. Inaudito, es simplemente, inaceptable.
E insisto en que lo malo es que no sólo afecta a la banca. Ya se sabe que sale más barato tener una cuenta más que sospechosa en Suiza que robar una gallina, como en los tiempos del Lute. Camina o revienta, eso parece que nos toca en esta sociedad, que encima tiene que esperar a que los mismos que le están asfixiando para que recorte todo lo recortable de su Estado de bienestar les enmiende la plana. Así nos va, entre los de dentro y los de fuera, la llevamos clara.
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