Libertad de voto

Resulta que si intentamos votar el próximo día 24 al PP, nos convertiremos en cómplices de todos aquellos que amparándose en sus siglas se han lucrado de forma ilegal, han abusado de su cargo público e incluso han robado a todos los españoles.

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Resulta que si intentamos votar el próximo día 24 al PP, nos convertiremos en cómplices de todos aquellos que amparándose en sus siglas se han lucrado de forma ilegal, han abusado de su cargo público e incluso han robado a todos los españoles. Todo ello, sin tener en cuenta si las personas que se presentan en mi pueblo son honradas, sensatas e incluso si están preparadas para llevar a cabo un programa electoral cualquiera que fuera este.
Por otro lado, si votamos al PSOE, nos convertiremos en cómplices y por tanto, como uno más de los que han robado a través de los ERES fraudulentos de la Junta de Andalucía, así como todos aquellos que amparándose en sus siglas han intentado aprovecharse del poder que hubieran alcanzado para enriquecerse y empobrecer de esa forma al resto de la sociedad contribuyente. Todo ello, sin importarnos lo más mínimo la capacidad de las personas que se atreven a ir en su lista en mi pueblo, ni de la trayectoria que hasta ahora hayan tenido, sea esta mala o intachable.
Además, si nos atrevemos a votar a Izquierda Unida, estaremos apoyando a un partido que se ha vendido para “pillar” silla en la Junta de Andalucía con el PSOE, y en la Junta de Extremadura con el PP, con lo que de alguna forma, estaremos apoyando a otros partidos que nos han robado y maltratado a lo largo de tantos años. 
Si finalmente, quisiéramos optar por otras opciones como UPyD, no estaríamos más que dejando mucho que desear como ciudadanos sabiendo que su máxima dirigente proviene del PSOE, el mismo que tanto nos robó en tiempos de Felipe, y que lleva 30 años haciéndolo en la Junta de Andalucía. Por no hablar de que si optáramos por votar a Ciudadanos, estaríamos apoyando a una “marca blanca” del PP, que no aportaría nada nuevo y, que se presenta en todo un país sin una estructura sostenible ni con visión de futuro.
Las personas que intentan dejar en evidencia con este tipo de comentarios a los que de una forma u otra quieren ejercer con absoluta libertad su derecho al voto, sin sentirse coaccionados ni menospreciados por los que parecen estar tres o cuatro niveles morales y éticos por encima del resto; esas personas, que parece tener claro su voto, debieran respetar la elección del resto, les guste o no, porque este “juego” llamado democracia consiste en ello: libertad; y sin respeto, no existe libertad.
 

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