La lluvia que ha caído este domingo sobre la Costa de Huelva no ha impedido que se cumpla el rito en La Redondela de que la Virgen de la Esperanza y el ‘Niño de la bola’ se encuentren en medio de la calle, una tradición centenaria que atrae a esta pequeña localidad a miles de personas cada Domingo de Resurrección.
La procesión de este año estaba previsto para que saliese sobre las 10.30 horas, aunque la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza ha esperado a que hubiese un claro en la tormenta para sacar los pasos a la calle, modificando el programa previsto.
La procesión cuenta con varios matices curiosos, aunque el más destacado es que el cortejo está formado por dos pasos que se pierden uno del otro durante el recorrido, para encontrarse en la zona conocida como ‘El Lejío’, en la confluencia de las calles Real y Santa María, aproximadamente una hora después de iniciarse la procesión.
No obstante, debido a la amenaza de lluvia, el recorrido se ha acortado, y se ha realizado directamente el rito de perderse el niño y encontrarse con la Virgen.
Ante la mirada de miles de personas agolpadas en la calle, los pasos se encuentran cuando, según narra la tradición, divisa a su hijo en el otro extremo, y emprende una carrera en la que se producen tres caídas de paso a tierra, que podrían simbolizar las tres caídas de Jesús en su camino al monte Calvario.
Las imágenes que salen en procesión son la de la Virgen de la Esperanza y la de un Niño Jesús elaborado en 2002 por el escultor de Cartaya Fernando Álvarez Galán, imagen conocida popularmente como 'Niño de la bola'.
Los actos del día del ‘niño perdido’ se completan en la localidad con las subastas de las varas de las imágenes del Niño y la Virgen, así como distintos objetos y enseres, entre los que son muy apreciadas las flores que llevan los pasos durante el recorrido procesional.
La tradición se enmarca, además, en la peculiar ‘Fiesta del Huerto’ del Domingo de Resurrección, que proviene al menos del siglo XVII.
Esta celebración, única por sus características en la provincia de Huelva, conserva sin alteración el motivo central de la misma que no es otro que el encuentro de la imagen de la Virgen, con el Niño Jesús.
En la antigüedad, y hasta el año 1936, según la tradición oral, la fiesta se celebraba con las primeras luces del día, realizándose el encuentro entre la imagen de la Virgen del Rosario y el ‘Niño de la bola’, ya que, aunque ya existía la Virgen de la Esperanza, ésta no llegó a la localidad hasta finales del siglo XIX y la fiesta era de origen anterior y ya se venía celebrando. Fue a partir de entonces cuando la imagen de la Patrona comenzó a procesionar tal día como este.
Parte esencial de la tradición ha sido siempre la construcción de un huerto efímero en las calles de la localidad, actualmente en el lugar denominado ‘El Lejío’, para que se pudiera desarrollar el auto representado. De este trabajo tradicionalmente se ha encargado una comisión popular y voluntaria de vecinos de la villa que durante los días previos han acopiado todos los materiales necesarios para el mismo, amaneciendo en la mañana del domingo totalmente acabado y dominado por su cantidad de arcos de palmeras. Paralelamente, en la puerta de cada casa de la población se deja durante la noche una hoja de palma como símbolo de la fiesta.
El Ayuntamiento de La Redondela, en su apuesta por apoyar las tradiciones locales y conservarlas en su máximo esplendor, viene realizando un especial esfuerzo para que la celebración pueda seguir conservándose. Este año, según ha informado en una nota el propio Consistorio, ha puesto a disposición del grupo de jóvenes que confecciona todo el dispositivo, material y mano de obra municipal.
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