Torreblanca, entre dos puertas

Marcó la nota discordante en el día del ‘casi’ Vía Crucis de la Fe;

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  • Una controvertida salida -

Una  la que abre y otra la que cierra. En ese impás, contados metros desde el altar de Santa Marina hasta la calle, discurre aún la discusión entre lo bueno y no tan bueno que pudiera haber acometido la Hermandad de Torreblanca el pasado domingo en la jornada del Vía Crucis de la Fe.


Luis Miguel González y su Junta de Gobierno optó por recibir el calor de los suyos en la Plaza de Santa Marina. Apenas una oración y una espontánea saeta y para dentro. Una decisión que desde el preciso instante que se determinó no ha estado exenta a la polémica. Unos que dicen con qué razón dispusieron el misterio de Jesucristo ante Pilatos en la calle. Y otros que dictan que no es más que un hecho aislado sin mayor importancia, como la que se le está dando, a veces casi sin compasión, desde dicho día.


Desgranemos la materia. Una vez deciden los hermanos mayores en la sede del Consejo que aguardarían hasta las 11.30 horas para determinar una decisión final, Torreblanca oferta en esta reunión la posibilidad de arriesgarse más de lo debido para conformar, con el beneplácito de los allí presentes, inclusive el Arzobispo, el Vía Crucis de la Fe, en este caso con un solo paso. No hay lugar a la duda en la ilusión y empeño de estos hermanos que deseaban como nadie que los cielos dieran una tregua para vivir una jornada histórica en el centro hispalense. Pedían a gritos salir, aunque es obvio que dicha opción no fue aceptada, puesto que la decisión inicial y acordada entre todas era que si una decía que no salía, ninguna otra lo haría. Y el Arzobispo así lo entendía.


Pero entonces surgieron las miles de dudas y comentarios en una red social que en más de una, y de dos ocasiones, ningún bien hace a la sociedad. El deseo era salir, claro, aún así eran conscientes de la realidad. Y cuando todo parecía aclarado pasó lo que todos vimos. Las puertas de Santa Marina se abrieron y allí que se puso el paso de misterio ante miles de almas de Torreblanca que se desgañitaban por no cumplir un sueño. Y desde entonces la duda. ¿Se desvirtúa con hechos como este nuestra Semana Santa? Ustedes juzguen. El hermano mayor no da crédito a tanta facilidad de azotes y críticas y, a la espera de hablar con el Arzobispo, pretende dar su versión, porque sea como fuere como nos gusta sacar el látigo de paseo.

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