Andalucía y el mundo pierden con la figura de Paco de Lucía a un andaluz universal. Es ahí, en lo universal, donde reside el aspecto más importante de su legado. El guitarrista más influyente de todos los tiempos primero revolucionó un estilo musical tan críptico como el flamenco y lo elevó hasta hacerlo universal. En todos los rincones del planeta se conoce y se venera a Paco de Lucía. Es momento de llorar, de mostrar el duelo y despedir a uno de los artistas que más lejos ha llevado el nombre de Andalucía, del genio que dignificó como nadie la figura del guitarrista y que la desató del flamenco para mezclarla con todos las esencias del arte musical y devolverla, enriquecida, a su origen, para que el arte más andaluz abriera su ventana al mundo.Pero, ante todo, es el momento de reconocer a un genio único, un revolucionario que desde las seis cuerdas de su guitarra sacudió el polvo al flamenco y lo paseó, con el nombre de su Algeciras natal y el de Andalucía por bandera, por todo el mundo. Así lo hizo desde chiquito, derramando sus cositas buenas. Se despide del mundo como pasó por él, con su marcada sencillez y timidez, que le hicieron huir de los reconocimientos públicos y recluirse con su familia y sus amigos. Revolución desde la humildad, a su aire, sin dogmatismos, la técnica más sublime ejerciendo su cátedra de libertad. Cosas de genio. Queda la música libre de su guitarra bella y salvaje para consolar a sus afligidos devotos.
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