El ciclo Catas con Gusto, organizado por Publicaciones del Sur, con la participación de El Corte Inglés y la colaboración de la Diputación de Cádiz, cambió de escenario para su sexta entrega, aunque por un motivo más que justificado: formar parte de los actos que se han venido celebrando con motivo de la conmemoración del Día de la Provincia. El escenario no podía ser más oportuno: el patio del Palacio Provincial de la Diputación, el lugar donde se constituyó la Casa de Contratación de Cádiz y desde donde partieron tantos vinos de Jerez rumbo a otros lugares del mundo para extender su fama y prestigio.
Para conceder mayor rango institucional a la cita, en esta ocasión no hubo una bodega en exclusiva invitada, sino que los protagonistas fueron los vinos del Marco de Jerez en sus diferentes variedades, presentados por el órgano encargado de su protección y promoción, el Consejo Regulador del Vino y el Vinagre de Jerez, de la mano de su más alto representante, su presidente, Beltrán Domecq Williams, enólogo de formación y de profesión, y una de las más respetadas autoridades a nivel internacional en el conocimiento de estos vinos, así como responsable directo de su divulgación en esta nueva “edad de oro” de la que gozan desde hace unos años.
Beltrán Domecq es presidente del Consejo Regulador desde el año 2012 y un ponente asiduo en las catas que se organizan a lo largo del año en diferentes lugares del mundo. Por su condición de químico, le gusta explorar y ahondar en las condiciones que hacen posible que los vinos del Marco de Jerez sean un “milagro enológico único en el mundo”, pero lo hace asimismo mediante un recorrido que contempla tanto las circunstancias históricas como las del cultivo en las viñas para guiar y desentrañar los misterios que hacen posible cada una de las variedades del jerez.
Así, Domecq relató en la cata algunos episodios de la antigüedad en la que se basan los orígenes de estos vinos, antes de resaltar las peculiaridades geográficas del “triángulo sagrado” que los hace posible: el que definen Jerez, Sanlúcar y El Puerto; es decir, viñas de tierra albariza, ocupadas en su mayor parte por uva palomino, y sometidas a unas condiciones climatológicas muy concretas, tanto por la cantidad de lluvia que recogen como por la intensidad de los vientos. “Los vinos de Jerez son una combinación de naturaleza, tradición y tecnología”, advirtió antes de pasar a explicar la fermentación alcohólica de los mismos y los dos tipos de crianza: la biológica y la “tradicional” -término que prefiere emplear al de “oxidativa”-.
Explicó en ese punto la clasificación “sensorial” de los vinos entre “pálidos” y “estructurados”, así como las fases de envejecimiento, dispuestas sobre las mesas de los invitados a la cata en distintos catavinos, para ir descubriendo, a partir de los vinos seleccionados por el propio Consejo para su colección particular, el valor “único” de los mismos.
En este sentido, puso enorme énfasis en recordar que estamos hablando de vinos, “tratémoslos como tal”, lo que se convirtió asimismo en una invitación para degustarlos en la mesa acompañando cualquier comida: “Estamos ante un vino versátil, que logran maridar con platos que ningún otro vino consigue acompañar. Ése es el mensaje en el que más insistimos desde el Consejo: son vinos que hay que beberlos comiendo”, por encima de las clásicas distinciones entre blancos y tintos. Brindemos por ello..., con un vino de Jerez, por supuesto.
Los vinos seleccionados por el Consejo Regulador
Manzanilla
Sus especiales características son el resultado del microclima de las bodegas situadas exclusivamente en Sanlúcar de Barrameda
Fino
De aromas punzantes y delicados, al paladar es muy seco, delicado y ligero. Deja una agradable sensación de frescor
Amontillado
Es un vino elegante, de aroma sutil y delicado. Presenta una entrada en boca amable y una acidez equilibrada.
Oloroso
Sus aromas son cálidos y redondos, y como su nombre indica son complejos y potentes. Sabroso y muy estructurado
Cream
Con marcada nariz de oloroso, conjuga notas dulzonas. En boca resulta goloso, de textura aterciopelada.
Pedro Ximénez
En nariz ofrece aromas extremadamente ricos, y en boca resulta aterciopelado y untuoso, con final largo y sabroso.
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