Mañana, Huelva construye un nuevo puente. Quizás no lo veamos, pero es de una transcendencia incalculable. Hay quienes el hecho de apostar por lo “no tangible” o por lo “no cuantitativo” les parece un despilfarro en su carrera personal. En cambio, hay personas que en su tránsito profesional o curricular son conscientes de que pueden ser pioneras y hacedoras del “deber ser” y del “saber hacer” en la preservación de la ética humanística y de la defensa de la dignidad humana. Mañana se cumple una asignatura pendiente que va más allá del detalle necesario de poner una placa en la antigua prisión que rememoraba las atrocidades que durante el franquismo se les hacía padecer a las personas con diversidad afectivo sexual e identidad de género. Mañana, la Concejalía de Políticas Sociales del Excmo. Ayuntamiento, la Facultad de Trabajo Social y Eutopía Formación hacemos un reconocimiento a las 200 víctimas que sufrieron los delitos de odio en nuestra ciudad con el ‘Curso de Formación Especializada’ (75 horas) en esta materia. Pero también extendemos nuestra solidaridad a los casi 100 países donde se mantiene la pena de muerte, la cadena perpetua, la tortura, las violaciones correctivas, las vejaciones públicas. Personalmente, es un acto de recuperación de la Memoria histórica y democrática, de defensa de los derechos fundamentales del Colectivo LGTBIQ+ y sus familiares, y cómo no, el reconocimiento y agradecimiento por todo lo que nos han aportado las personas mayores, las que están y las que se fueron, y que lucharon para que en España y Andalucía obtuviésemos una igualdad legal y normativa. Lo que hacemos, es simplemente, lo “justo y necesario”. La situación actual me recuerda a una frase de Albert Schweitzer (1875-1965): “El dolor es para la humanidad un tirano más terrible que la misma muerte”. A este filósofo se le considera representante por antonomasia de la Escatología Realizada. Si desgranamos etimológicamente el término griego de ‘escatología’, su significado se traduce en “cosas últimas”, lo que dio paso, inicialmente, a creencias que centraban su atención en las cuestiones de la existencia individual y colectiva después de la muerte. A este posicionamiento se le puede asociar la necesidad y enseñanza que aporta la Esperanza como palanca de cambio para la construcción de un presente y futuro más equitativo y justo para todas las personas que habitamos esta aldea global, donde la “humanidad significa consideración por la felicidad de cada uno de los seres humanos”. Dentro de esas “cosas últimas” que se le puede hacer a una persona es provocarle un sufrimiento irreparable. Ese que destruye lenta y corrosivamente la integridad física, psicológica y espiritual; ese que impide el crecimiento integral, el sentido vital, la experiencia de disfrutar de esas pequeñas y cotidianas experiencias positivas que se nos regala día a día; ese que va minando la sonrisa, la presencia, la alegría interior... Ese donde el “miedo reina sobre la vida”. En la obra ‘Philosophy of Civilisation’ se refleja claramente su ética: “Soy ser vivo y deseo vivir, en medio de seres vivos que desean vivir” por lo que es prioritario darle calidad a este pasar nuestro por el mundo mediante el “respeto por cada manifestación de la vida y una relación personal y espiritual hacia el universo”. Ojalá Andalucía vuelva a ser, cuna de libertad, igualdad y justicia social.
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