El denominador común de los citados en el título de este artículo podría ser su pesoísmo o que ambos han sido ministros del interior, pero no. Ambos son cuneros. Esa es la realidad. Ambos fueron/son candidatos del PSOE por la provincia de Cádiz sin ser de aquí.
Es cierto que ninguno de los diputados gaditanos puede presumir de haber traído algo para su provincia, ninguno. En la mente tenemos la falta de industrialización, la descapitalización de los sectores económicos y empresariales, el paro, la precariedad laboral, la Algeciras-Bobadilla, el puerto de Algeciras, la migración, el brexit gibraltareño, la pesca.
En cuarenta años, no hay nada arreglado por parte del PSOE, del PP, del PP con Ciutadans, del PSOE con Podemos. Eso sí, el granero de votos es tan importante, y venden tan bien las motos, que nos dan coba señalando que les preocupa tanto la situación de esta bendita tierra que nombran candidato por la misma a una figura resplandeciente de su plantel ministerial.
Es más, elecciones generales tras elecciones generales suena la misma copla, sufrimos la misma coba mientras los problemas continúan acumulándose. Se acumulan porque en cuarenta años la cortina de humo nos tapa las vergüenzas, nos tapan la realidad y la indolencia predomina.
El otro día, ABC publicaba un artículo titulado: “Los espías de la CIA, con Borbolla, Escuredo y el PA bajo lupa, en el que señalaba que un informe de 1983 dice que “en el caso de Andalucía, hay «apoyo a su cultura y la percepción de sentirse maltratados por Madrid», además de un «deseo moderado de descentralización del Estado»”, lo que muestra que nos dolía el maltrato centralista español, nos sentíamos orgullosos de nuestras “hablas” y nuestra cultura, hasta que llegó el PSOE y nos convirtió en la bella durmiente.
La conciencia de pueblo la eliminó, avasalló a quienes ponían en duda su mando, convirtió los servicios públicos en su particular cortijo, hizo del caciquismo un modelo de gestión y de supervivencia partidista.Los intereses de Andalucía se pasan por alto gobierno tras gobierno. Hay un problema, Cataluña y sus lazos amarillos.
El paro andaluz no es importante, ni nuestra industrialización ni la eliminación de la precariedad o la protección de nuestros recursos medioambientales. Andalucía no importa nada.
Y si lamentable resulta que los andaluces que representan a Andalucía bajo el paraguas de partidos estatalistas y centralistas porque no hacen nada, pa llorar cuando encima ni son de esta tierra.
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