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Marimantas, los amantes de leyendas que cantan la historia y animan las piedras de Vejer

Marimantas lleva desde 2014 realizando rutas animadas y cantadas en Vejer en las que la historia y las leyendas se entremezclan

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Imagen de las rutas que organiza por las callejuelas de Vejer los Marimantas.

Juan José Ruiz, ‘El Rucho’y Elisa Pozzi, junto a la 'sede' de Marimantas.

Imagen de las rutas que organiza por las callejuelas de Vejer los Marimantas.

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  • El Rucho’ y Elisa Pozzi son los creadores de unas rutas que van más allá del turismo, gracias a un profundo estudio de la historia y la intrahistoria
  • El amor, la pasión de ‘El Rucho’ por Vejer, unido a su pasado carnavalesco, hacen que sus rutas sean únicas, misteriosas y mágicas
  • Conforman un espectáculo repleto de amor, pasión, ironía, sátira, capaz de hacer revivir cada piedra

Cuentan los astrónomos que en el verano de 2014 Mercurio era visible al amanecer si se miraba al cielo desde el punto más alto de Vejer. Cuentan que Venus recorría la mitad oriental de la constelación de Tauro para avanzar por Géminis, dejando paso a Marte que se hizo visible en la primera mitad de la noche a comienzos de junio, el mismo día que Júpiter se perdió en el resplandor del crepúsculo vespertín. Y cuentan que la tierra se situó en el afelio, el punto más lejano de la órbita de un planeta alrededor del Sol, separada del astro rey a una distancia de  152.093.626 kilómetros. Y cuenta la leyenda que bajo aquella frenética actividad del esplendoroso firmamento, Marimantas iniciaba su misión de llenar las calles vejeriegas de canciones al son de las cuales cobran vida hasta las piedras.

"A los escolares se les abren los ojos como dos ventanas. Las leyendas tienen esa fuerza porque usan la imaginación que es nuestro mayor tesoro y más aún durante la infancia"

“Dicen que eres la más bella, y que guardas poderosa un secreto bajo piedra de una ciudad más hermosa”. Marimantas nació en 2014 “por amor a Vejer y a ella”, nos explica Juan José Ruiz, ‘El Rucho’. “Ella” es su mujer, Elisa Pozzi, y entre ambos crearon esta empresa dedicada a la gestión cultural y al turismo, realizando rutas animadas en las que se ofrece una visión de Vejer en la que la historia y la leyenda yacen unidas.

La conversación transcurre en la terraza del Bar Peneque, bajo la atenta mirada de la cercana torre del Mayorazgo, que alberga en su base la oficina de Marimantas, o más bien el punto de encuentro desde donde comienzan sus rutas de leyenda. Es un pequeño habitáculo, sí, pero sus paredes de piedra encierran siglos de historia… y un grifo que calmó mucha sed cuando los tiempos eran otros. Es, sin lugar a dudas, la sede perfecta para albergar las melodías de este sueño hecho realidad.

Imagen de las rutas que organiza por las callejuelas de Vejer los Marimantas.

“Elisa es licenciada en Gestión Cultural y yo andaba con las cuentas (en una entidad bancaria), y sabía que si no ella no trabajaba en algo cultural iba a ser complicado que se quedase aquí, y yo de Vejer no me voy”, señala ‘El Rucho’, que, añade Elisa, “cuando venía mi familia le enseñaba Vejer de una forma muy particular, bajo su punto de vista… y entonces le dije ¿por qué no montas una empresa para hacer rutas” por la localidad. Dicho y hecho porque además “como autor de carnaval desde 1989 ya tenía compuestas muchas canciones de amor a Vejer”, aunque “no estaban enfocadas al visitante”.

A partir de ahí, “nos pusimos a investigar la historia, a conocer las leyendas y a componer canciones” en las que ambas se mezclan con tal maestría que decidieron “montar la ruta con la tradición oral, con los pliegos de cordel… como aquellos romanceros ciegos, parecido a los romanceros actuales de Carnaval de Cádiz, pero con un carácter menos jocoso y más histórico, y con una cadencia musical similar para que yo los cante”.

“Para que lo vea la gente”. Le dieron forma a las leyendas y al personaje de trovador. “Le introdujimos las cobijadas y teníamos también el escenario que era Vejer, por lo que decidimos animar lo inanimado que es la piedra para darle otra visión a través del género del realismo mágico”. Y esa fue la base del proyecto de Marimantas donde “habita una parte de realidad y otra parte de fantasía, donde los datos históricos se ofrecen de forma poética, donde la historia se entremezcla con la leyenda”.

Imagen de las rutas que organiza por las callejuelas de Vejer los Marimantas.

La receta aunque parece sencilla no lo es. Los datos reales se construyen a través de las leyendas y la tradición oral, todo ello salpimentado con “el toque poético” inherente al alma de Juan José.

Y aún faltan ingredientes. “El mundo del carnaval está también en la base. Podríamos decir que es un reciclaje del Carnaval. Soy autor y la cadencia musical de las canciones de la ruta son pasodobles retocados para que se conviertan en odas que nos transportan a otras épocas pasadas”. En la ruta conviven el humor, la sátira, el amor, la ironía… porque “al final soy yo. El personaje soy yo. Cambia el enfoque y el público, pero el suelo, la raíz es la misma”.

Pero volvamos atrás. En 2014 “creamos el proyecto. El 2 de mayo dimos de alta a la empresa y el 19 de junio realizamos la primera ruta. ¡Duró dos horas y media! Vino mi madre, Isa, Juanfra… es decir, mis amigos y poco a poco la hemos ido transformando”.

Lo cierto es que “caímos de pie. Todos confiaron en nosotros. Conseguimos el local con Ortiz como alcalde. La gente nos apoyo desde el primer momento. De hecho, al principio venían tres personas, ahora son grupos de 50 personas y la ruta se vende sola a través del boca y oído”.

Aunque lo parezca, “no se ve como algo solo pensado para el turista. También la realizan los vecinos porque es otra forma de conocer el pueblo. Te acercas a Vejer desde un punto de vista distinto. Te voy a enseñar esa piedra que ves todos los días pero con la visión de un autor de canciones”.

Imagen de las rutas que organiza por las callejuelas de Vejer los Marimantas.

No en vano, días atrás realizaron la ruta de los Patios en la que participaron 80 vecinos y vecinas de Vejer, a lo que hay que añadir las diferentes rutas destinadas a escolares de la localidad. Tres este curso. “Se les abren los ojos como dos ventanas. Las leyendas tienen esa fuerza porque usa la imaginación que es nuestro mayor tesoro”.

“¡Juan Relinque dijo basta!”. Es un proyecto original. No había nada igual en ningún sitio. Quizás en Toledo, aunque ahí las rutas son teatralizadas y “la nuestra es animada. La gente se cree que actúo, pero luego ven fuera y ven que soy así en realidad”.

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La teatralización la llevan a cabo para cuando realizan recreaciones históricas como ‘Los pleitos de Juan Relinque y las Hazas de la Suerte’ o sus proyectos como Jandeños… Y aquí hay que destacar la labor de Juan José a la hora de rescatar del olvido la figura de Juan Relinque, quien ya en su comparsa le otorgaron “garra rebelde. De héroe popular por la unión del pueblo. Luchador. Anarquista”. Tras ese rescate, en la localidad incluso ya luce una estatua en su honor.

Su función es similar a la que ejercían los trovadores con los pliegos de cordel en la Edad Media para que la gente de a pie conociera la historia, al tiempo que difundían leyendas y mantenían vivas las tradición oral. Porque Juan José es un trovador.

Imagen de las rutas que organiza por las callejuelas de Vejer los Marimantas.

Actualmente la ruta tiene una duración de una hora y media. De día se dedica más a grupos concertados. Usa más los pliegos de cordel y la figura de Juan Relinque. “Intento no descubrir tanto al personaje de Marimanta… es, por así decir, más histórica y menos misteriosa”. La ruta La noche oscura de Vejer se centra más en las leyendas y en el misterio. Pero en todo caso, son rutas “vivas”, que se adaptan al entorno, a las circunstancias… “incluso al viento”. Si vas tres veces, tres veces descubres algo nuevo.

Hay rutas en varios idiomas, las hay abiertas y cerradas (grupos concertados) e incluso con lenguaje de signos. La primera vez que se hizo para un grupo de personas invidentes “me impactó mucho. Tuve que desarrollar el resto de sentidos. Era un día de viento y traté de que se sintiera. También el gusto, con el lomo en manteca y el vino. El olfato con el perfume de las flores y de la primavera de ese mes de mayo o el olor de una olla de puchero. Y el tacto a través de las piedras y monumentos como el de la Cobijada”.

“Ellos incluso me decían dónde colocarme para mejorar la acústica. Fue muy descriptiva y a mí me encanta la descripción poética de Vejer. Aprendí mucho”, recuerda Juan José.

“A Vejer la ilumina un alma femenina oculta entre fachadas blancas”. No hay un perfil de cliente aunque predominan las mujeres porque “quizás a ellas les gusta más las leyendas y la tradición oral viene más de las abuelas. De hecho yo soy mucho más de matria que de patria. A Vejer lo comparo mucho con lo femenino”.

En la ruta nocturna “me visto de sereno, candil en mano. Voy con un acompañamiento de guitarra”. Un sereno cuyas llaves “sirven para abrir la imaginación y los corazones, que es mi objetivo”.

Su secreto está en la piedra, pero no lo desvelaremos como tampoco explicaremos por qué cada noche, Juan José ‘engaña’ a su mujer con su otro gran amor. Tampoco adelantaremos nada de la relevancia que tendrán las sombras. No. Para ello, hay que asistir a una de sus rutas, todos los días de la semana excepto el domingo, cuando es temporada alta.

“De las leyendas soy amante, según cuentan en las tierras del Rey Gerión había una montaña flotante sobre la espuma de una nube de algodón”, canta Juan José para quien Vejer “es como las mil y una noche. El escenario perfecto”.

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Elisa Pozzi lo tiene claro. Vejer “es el lugar perfecto, no solo por el escenario sino porque en realidad es su verdadero amor. José no podría hacer la ruta en otro sitio y eso que se lo han propuesto”, en referencia a ofrecimientos para que emprendiese proyectos similares en Media Sidonia o en Tánger, entre otros lugares.

“El amor con el que él me hablaba de Vejer, esa pasión por su pueblo es la que hace que este sea el único escenario en el que él puede hacer la ruta”, insiste Elisa.

Para Juan José “hay que ser un flipao de su tierra, además de músico. Elisa sabe que de Vejer no me voy”.

“Si no crees en las marimantas, ya me lo contarás luego”. Cuenta la leyenda que cuando ‘el Rucho’ tenía la edad que ahora tiene su hijo, vivía en el barrio gaditano de San Severiano y una noche por el patio llegó un ejército de monos. Asustado dice que lloró y lloró hasta caer en brazos de su madre. Unos momos que resultaron ser la comparsa ‘Los Simios’ que llegaron desde el Puerto de Santa María. Quedó tan impresionado al ver cómo se podía transformar la realidad tan solo con una persona disfrazada de mono que luego se puso a cantar, que “al final es lo que he hecho toda mi vida y yo ni siquiera lo sabía”.

Es la historia de Vejer “la única que me atrae”, pero no la historia del “verbo”, no la historia que escriben “los vencedores”, sino la historia real, la que se cuenta, la intrahistoria que cuentan los que la vivieron aunque “no fuesen historiadores de renombre”.

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Antonio Morillo, Antonio Muñoz, Cantillo, Peneque, El Tini… “todos flipaos de la historia que aportan verdades tras realizar sus investigaciones. Yo uso toda esa información para extraer lo que me interesa para dar mi propia versión”.

Una visión que ya han conocido las más de 30.000 personas que han realizado alguna de sus rutas. Una visión que sitúa su itinerario cantado entre el diez por ciento de las atracciones mejor valoradas del mundo en TripAdvisor. Para asistir, solo tienen que entrar en su web y apuntarse.

Porque Marimantas es “atmósfera. Es cultura. Es misterio. Es historia. Es canción. Es leyenda”. Es incluso la receta secreta del lomo en manteca, más allá  de la “cuchara de madera”.

Y sí, tras esta conversación no es difícil deducir que Juan José y Elisa estaban destinados a encontrarse, a unirse para crear vida pero también para crear leyendas como Marimantas durante aquel verano de 2014, la madrugada en la que Mercurio era visible al amanecer si se miraba al cielo desde el punto más alto de Vejer.

Le encanta la historia. La música. El carnaval. Tiene alma de trovador. No cree en la ficción, pero vive de ellas “y las vendo”. Está enamorado hasta las trancas de Vejer, de su pasado, de sus tradiciones y leyendas. Y también de Elisa, gestora cultural. Y si juntamos todas las piezas de ese rompecabezas, no es necesario que Venus recorra la mitad oriental de la constelación de Tauro y avanzar por Géminis, para saber que Juan José ‘El Rucho’ ha nacido para esto, para hacer lo que hace, “llenar Vejer de canciones” al tiempo que custodia las llaves, forjadas entre realidades y leyendas, que “abren la imaginación y los corazones” de quienes tienen la suerte de escucharlas.

“Érase que era el sueño de un marimanta, enamorado de una pura albura blanca, érase el sueño que Vejer era mi amada y yo su trovador”.

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