El profesor del instituto de Bétera (Valencia) que sufrió una agresión homófoba por parte de un grupo de alumnos en el patio del centro ha lamentado que "el discurso de odio está calando muy fuerte y cogiendo fuerza", y ha abogado por educar en valores como el respeto.
Tras la agresión del docente, que no trascendió hasta ayer, una decena de alumnos han sido expulsados del centro y el informe ha sido trasladado a la Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana para la apertura del expediente administrativo a través del Plan de prevención de agresiones, y está en manos de la Fiscalía por ser un posible delito de odio, según el sindicato de educación Stepv.
El docente, Miquel Álvarez, profesor de Física y Química, ha señalado este jueves a EFE que en el centro no se había detectado ninguna señal de alarma que hiciera pensar en este tipo de actitudes por parte de los alumnos y sintió que la agresión, mediante insultos homófobos hacia su persona, "no venía al caso" y la experiencia que vivió fue muy "desagradable".
Según ha relatado, el miércoles de la semana pasada dos alumnas sacaron una bandera LGTBI al patio y la dirección del centro les explicó que una bandera "deja de actuar como símbolo y pasa a ser una provocación", por lo que la retiraron y se acabó el problema.
Como protesta a esta bandera LGTBI, un grupo de alumnos se pusieron de acuerdo para llevar al día siguiente banderas de España "como muestra de odio, utilizando una bandera que no significa ese odio y fue cuando se les retiró porque se consideró una provocación", ha explicado Álvarez.
La retirada de dichas banderas fue la "chispa" que encendió a este grupo de alumnos que el jueves se dirigieron al profesor, acudieron hacia él formando un círculo e iniciaron las agresiones mediante insultos homófobos hacia su persona.
"En ese momento yo estaba solo y era imposible poder identificar a las personas que estaban insultando y diciendo comentarios muy desagradables", ha recordado.
Otra profesora del centro ha relatado que en el corro que se formó habían entre 150 y 200 alumnos, "una agresión brutal, como una manada rodeando a un profesor al que agredieron e insultaron".
"Sentí una agresión hacia una persona que no venía al caso porque simplemente les había cogido una bandera explicándoles que no podían utilizar un símbolo como provocación porque dejaba de tener efecto", ha añadido Álvarez.
El profesor ha lamentado asimismo que el "discurso de odio está calando muy fuerte y cogiendo fuerza cuando salta una chispa va todo detrás".
Tras el suceso, ha agradecido las numerosas muestras de apoyo que ha recibido, primero de todo el equipo directivo y el claustro de profesores, que el pasado lunes acudieron al instituto vestidos de negro en señal de protesta por lo sucedido, así como de alumnos, otros centros educativos de toda España, instituciones y de los sindicatos que le han ofrecido asesoramiento jurídico.
"No tengo nada en contra de estas familias ni del alumnado, en absoluto. Nosotros educamos en valores y lo que queremos expresar es que estos actos no pueden pasar", ha aseverado Álvarez.
El profesor ha insistido en que no quiere que este incidente tenga consecuencias malas contra los alumnos, "nada punitivo", sino que "aprendan y que crezcan como personas críticas, pero críticas con educación y respeto y que no todo es opinable".
"La opinión se acaba donde empieza el derecho del otro y esto es lo que nosotros intentamos explicar y trabajar día a día en el aula", ha añadido. Tras el altercado siguió sus clases y no ha parado de trabajar, ha asegurado.
Hoy numerosos alumnos han mostrado sus uñas pintadas de negro, al igual que Álvarez, en señal de apoyo al profesor.
"No había vivido esta situación nunca ni en un centro escolar ni fuera en la calle y espero que no me vuelva a pasar", ha afirmado Álvarez.
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