Todos quieren a La Nogalera

Publicado: 09/07/2018
Esta céntrica plaza de Torremolinos se convierte cada fin de semana en cita obligada debido a su amplia oferta de ocio, pero su historia tiene más que contar
Torremolinos atraía, antes del boom turístico, por ser un rincón desconocido que se ganaba la vida gracias al trabajo de sus pescadores.

Este respiro, sin embargo, duró poco. Más de uno vio la necesidad de transformar el paisaje, de darle un aspecto más moderno que hiciese brillar a ese espacio de libertad.

Hablamos del año 1963 y del arquitecto Antonio Lamela Martínez. Lamela, famoso por idear la ampliación y remodelación del estadio Santiago Bernabéu y la T-4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas, ha dejado en la localidad costasoleña una huella visible en la arquitectura de Playamar, el hotel Meliá y la plaza de La Nogalera.

Esta última construcción se convirtió, tal y como lo definen Lutz Petry y José Luiz Cabrera en su web ‘Torremolinos Chic’, en un “hito arquitectónico”. A pesar de que hoy en día esta zona sea más conocida por su céntrica plaza, lo cierto es que La Nogalera es, desde sus orígenes, un proyecto comercial y residencial. El proyecto, cuyo promotor fue José Osinalde Peñagaricano, se construyó sobre un solar de 23.500 metros cuadrados.

La radiografía general de esta zona del centro torremolinense muestra la zona comercial a pie de calle, mientras que los jardines y entradas a los edificios se ubican en la parte alta. Las viviendas se reparten a lo largo de seis edificios que, además, cuentan con piscinas y garajes. En concreto, La Nogalera cuenta con 408 apartamentos.

Tras la construcción, este “trasatlántico varado dentro de Torremolinos”, como lo definió Antonio D. Olano en la Guía Secreta de la Costa del Sol, se inauguró en 1966 con la presencia del entonces ministro Manuel Fraga Iribarne.

La zona comenzó a ganarse un nombre en la historia del ocio en Torremolinos. Este lugar acogió locales míticos como el restaurante Cosa Nostra, propiedad del actor italiano Massimo Serato; o el bar Elle et lui. Además, La Nogalera animaba a los escritores a abrir negocios en la época. Fue el caso del poeta cordobés Pablo García Baena quien, a su vuelta de un viaje con amigos por la Costa Azul francesa y la Riviera italiana, fijó su residencia en 1965 en Torremolinos y abrió la tienda de antigüedades El Baúl, en el local número 409. El novelista húngaro András László regentó Capricornio en el local número 14.

No todos los grandes nombres han echado el cierre. Los restaurantes Los Pampas o El gato viudo son muestras de esos años de esplendor.

La Nogalera es también un símbolo para la comunidad LGTBI+. Aquí fue donde nació el primer bar gay de la historia de España, el Tony’s Bar, en el año 1962. A tan solo unos metros de distancia, en el pasaje Begoña, la noche del 24 de junio de 1971 marcó un antes y un después en la historia debido a la redada en la que fueron detenidas un centenar de personas. Cada fin de semana, este espacio se convierte en una fiesta.

La Nogalera es el escenario ideal para carnavales, festivales de gastronomía. Además, también saca a vecinos y visitantes a bailar en el Rockin’ Race Jamboree o se convierte en pasarela de moda en la Torremolinos Fashion Weekend. Su lado más reivindicativo sale a relucir en el Pride LGTBI+. Es hasta esta plaza donde llega la marcha y donde se lee el manifiesto por los derechos de la comunidad que vio en este lugar un espacio para expresarse libremente en un momento en el que la represión franquista vivía por callarlos.

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