La Taberna de los Sabios

La suerte parece, por fin, sonreír al PP

Que los afiliados del PP voten en libertad y que gane la mejor de las opciones. No lo tendrán fácil, pero… ¿quién sabe?

Publicado: 20/06/2018 ·
10:51
· Actualizado: 20/06/2018 · 10:51
Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai
Autor

Manuel Pimentel

El autor del blog, Manuel Pimentel, es editor y escritor. Ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales

La Taberna de los Sabios

En tiempos de vértigo, los sabios de la taberna apuran su copa porque saben que pese a todo, merece la pena vivir

VISITAR BLOG

Al PP comienza a sonreírle la suerte, después de años de mal fario y estropicio. El destino, siempre voluble y caprichoso, le ha concedido una última e inesperada oportunidad. Estaba muerto y puede renacer. No es fácil que lo consiga, pero, los dioses, juguetones y arteros, han decidido cambiar el guion de la película de terror que protagonizaba hasta el día que Sánchez, el osado, decidió presentar su moción de censura. El PP era entonces un cadáver sin enterrar, un zombi andante; hoy recuerda al viejo roble de Machado, enfermo y seco, pero al que le acaban de nacer unos brotes tiernos que podrían reanimarlo.

La corrupción, la gestión calamitosa del gravísimo desafío independentista, la pasividad y anemia de un gobierno siempre ausente, parecían haber condenado al PP a la desaparición. Hace un mes, nadie daba un duro por su futuro. Muchos analistas le auguraban una muerte tan fulgurante como la de aquella UCD fantasmal, quebrada y agónica. Las encuestas avalaban esta sensación de hundimiento y otorgaban al PP un cuarto puesto, la antesala de la irrelevancia.  Por contra, esas mismas encuestas elevaban a Ciudadanos y a Podemos a las alturas, mientras que eran indiferentes con un Sánchez errático. El bipartidismo tradicional parecía muerto para siempre. Pero el sortilegio de la moción de censura lo ha trastocado todo. Hoy, el PSOE es el partido con mayor intención de voto y el PP da señales de querer resucitar. Ciudadanos y Podemos aún no han despertado de su sueño roto. Queda partido por delante, pero el bipartidismo tradicional les ha metido un gol por toda la escuadra y se han quedado con la cara de De Gea ante la falta lanzada por Ronaldo.

Muchos han criticado a Rajoy por sus últimas dos decisiones, la de no dimitir tras la presentación de la moción de censura y la de retirarse de todos sus cargos sin haber dejado ordenada su sucesión. Sin embargo, los hechos, por ahora, parecen avalar el acierto de su comportamiento. Mejor un gobierno de Sánchez en minoría que una dinámica de investiduras complejas e inestables que hubieran podido finalizar con unas nuevas elecciones generales que a nadie – y menos aún a nuestra economía – convenían. Por otra parte, el PP se va a adentrar en el territorio inédito y sanador de las elecciones internas. Y qué elecciones, madre mía. Nadie sabe quién puede ganar, pero, quien lo haga, gozará de la legitimidad que otorgan las urnas.

Quedan pocos días para el cierre de candidatos y los aspirantes a presidir el PP toman posiciones. En el momento de escribir estas líneas ya han anunciado su deseo de concurrir a las elecciones García-Hernández, Bayo, García Margallo y Casado. Mientras, Cospedal y Saenz de Santamaría deshojan aún la margarita, a la espera probable de su anuncio. La espantada deFeijóo, que todos daban por candidato cierto, ha desconcertado a propios y extraños. Los cargos del PP aún no salen de su asombro. Ahora deberán abandonar su zona de confort, situarse, apostar, mojarse, porque, bendita democracia, las elecciones internas dejarán vencedores y vencidos. Y quien quiera peces, que se moje el culo. Algunos verán el episodio como una sangrienta lucha interna cuando, en verdad, se trata de una bendición. Con sus elecciones, el PP protagonizará la única cura de choque que podría reanimarlo, un regalo que debe aprovechar, porque quizás sea su última oportunidad.

Fraga nombró a Aznar y Aznar a Rajoy. El vendaval de lo inesperado, de la democracia sanadora y reparadora,ha barrido la cultura castrante del todo atado y bien atado. Lo mejor que podría haberle pasado al PP, vaya.Muchos votantes del partido conservador, cansados, habían decidido dejar de votarlo. Pero, en el fondo de sus almas, estaban deseando encontrar una excusa para volver a hacerlo. La moción de censura y el terremoto consiguiente se la ha proporcionado.

Que los afiliados del PP voten en libertad y que gane la mejor de las opciones. No lo tendrán fácil, pero… ¿quién sabe?

 

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN