De marcada sencillez y elocuencia es el lema con que Torremolinos promociona sus turísticos encantos: “Torremolinos te espera”. A la mente acude la estampa de un Torremolinos con sus anchas puertas abiertas. Es la imagen de un Torremolinos feliz, de brazos extendidos y sonrisa franca, permanente y calurosamente dispuesto a recibir al visitante. Mas no solamente promueve el eslogan las excelencias del turismo torremolinense; también la completísima oferta cultural y deportiva, que en Torremolinos fulgura con luz propia, entre otros, en sus magníficos centros culturales, en el Auditórium Municipal y en la inmensa y ultra equipada Villa Deportiva, digna candidata al podium de las Olimpiadas.
“Torremolinos te espera” es frase que tal vez pudiera expresarse más intensamente con música acoplada, aunque ya de por sí el propagandístico enunciado lleva incorporada su innata musicalidad. Pocas veces el ingenio publicitario ha podido crear una frase más espontánea, con una imperativa llamada a la acción. Sugestivo es el fondo promocional, imagen de la libertad, del monumento a Picasso en Playamar, concebido según el cuadro de su ingeniosa autoría, “Mujeres corriendo por la playa”.
En estos difíciles tiempos en que la crisis aporrea nuestras espaldas, Torremolinos sufre también sus golpes y arañazos. La crisis ha clavado aquí, como en todas partes, sus leoninas zarpas. Con todo, Torremolinos no tiene crisis de sol, ni de mar, ni de aire puro, ni de clima saludable, ni de lugares paradisíacos… La crisis no impide que Torremolinos continúe siendo pueblo, ciudad, playa y campo al unísono, que es cuanto el ciudadano de interior puede soñar. Para los de allende los montes de Málaga, Torremolinos viene a ser Eldorado. Y aquí despliega oportunamente su bandera el slogan: “Torremolinos te espera”.
TORREMOLINOS TE ESPERA
¿Qué tiene Torremolinos
que al mundo entero fascina?
Del sol, la gracia divina
y un suspirar de molinos;
pureza en sus manantiales,
en sus playas, ilusiones;
en sus barrios, tradiciones
que son fuegos eternales;
parques de glauca armonía,
anchas y modernas plazas
de esmeradísimas trazas,
que al pueblo dan alegría...
Diapasón de algarabía,
crisol del pueblo y joyel,
la calle de San Miguel
irradia soberanía.
Por su regio pavimento,
garboso, florido y terso,
paséase un universo
de fiesta y de sol sediento.
Reza un adagio certero,
dicharachero y profundo,
que en ella no cabe el mundo
y ella sí en el mundo entero.
Su vientre el pueblo gestó
cuando era niño el ayer,
diamante de amanecer
que en el tiempo se engastó.
Arriba, en Torremolinos,
donde descansa la sierra,
aguas de la madre tierra
manan los pechos divinos.
Si hay paraísos que asombran,
son el inmenso confín
del Botánico jardín
-Molino de Inca que nombran-
y el Parque La Batería,
ensueño de Montemar,
donde el espejo del mar
esplende en su lozanía.
De noche, lejos, la luna,
entre coplas marineras
de las faenas pesqueras,
platea del mar la cuna.
Un pentagrama de barcas
le entona cándida nana,
salmodia que en la mañana
guardará el sol en sus arcas.
Sol y playas por bandera,
del turismo nata y flor,
con su gracia y su calor
Torremolinos te espera.
Si buscas en la espesura
de turísticos destinos,
no dudes, Torremolinos
es tu apuesta más segura.
Son su eficiencia hotelera
y completa infraestructura
la garantía más pura
de una estancia placentera.
No busques peros ni sinos,
lo mejor escoge y vive:
todo el turismo se escribe
con T de Torremolinos.
Distracción al cien por ciento
asegurada ya ves,
que Torremolinos es
joya del esparcimiento.
El teatro, la zarzuela,
la ópera, los conciertos…
todos son magnos aciertos
que aquí han creado ya escuela.
Si el deporte te motiva,
visita la maravilla
de la Deportiva Villa;
ven y tu afición cultiva.
Y de yantares, ¿qué hablar?
¿Hay manjar más exquisito
que ese “pescaíto frito”
que nadie puede igualar?
Aquí la mesa dispuesta
la tienes junto a la mar;
ven, acude a su llamar,
por La Carihuela apuesta.
Entre los gozos divinos,
es el más apetecible
el deleite indescriptible
que te da Torremolinos.
Municipio de solera,
del turismo embajador,
todo el año, acogedor,
Torremolinos te espera.
(J. A. San Martín, de su libro
“Torremolinos, mi sol, mi amor”)
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