Hoy día, y desde hace algún tiempo, está de moda ser emprendedor. Se pinta muy bonita la acción de emprender como si por el hecho de tener alguna titulación (el que la tenga o se la invente), un oficio y pagar tu propia seguridad social hiciera el milagro de tener clientes y una retribución a final de mes.
Es un cuento chino. Sólo ganan tres. No me refiero a tres emprendedores, me refiero a tres ganadores del juego “emprender”.
El primero que gana es el servicio andaluz de empleo, en segundo lugar, la seguridad social y el tercero, el banco.
El primero porque el emprendedor desaparece, al menos por un tiempo, de las estadísticas del paro. El segundo porque el emprendedor, pague lo que pague con o sin bonificación, aporta su seguridad social. Y el tercero gana siempre, los cobros y pagos pasan por sus IBAN.
Quizás, el hecho de ser autónomo me permite valorar a gente que también lo es. El hecho de haber emprendido me permite apreciar el esfuerzo de quien también lo hace y lleva haciendo mucho tiempo.
Por eso, lo que parecía que iba encaminado a una “rajada” hacia parte del sistema laboral establecido, tan puñetero con los autónomos y con la cercanía al 1 de mayo (día del trabajador y del autónomo que también es trabajador), significa un reconocimiento al esfuerzo y una muestra de respeto y cariño hacia el compañero que hoy coordinó y maquetó su último número en esta casa. Mi reconocimiento y mis respetos a un gran profesional.
Pero quizás, el hecho de haber trabajado en el mismo gremio, y junto a él, me hace valorar más a la persona que conocí. Un tipo buenazo, familiar y responsable. Quizás, si no fuera tan buena persona... quizás.
Pero es un buen tipo. Y hoy, cuando hace varios números que no colaboraba, quise decirle hasta luego, porque estuvo en las malas, fue honesto y sincero, pero sobre todo buena persona -si te dicen lo contrario, mienten-.
Lo suyo no es interés, si lo hubiera tenido... quizás, pero es buena persona. Va por ti, por los pequeños y por Macarena. A ti en el camino sé que te encuentro, y si no te buscaría, porque buenas personas con el corazón que usted tiene, Don Enrique Pedregal, faltan en el mundo del interés y el egoísmo.
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