Hablar de apuestas deportivas es hablar de uno de los sectores del entretenimiento que genera millones de euros cada año. Actualmente representa un mercado en constante crecimiento y expansión gracias a la tecnología y a la globalización, que no siempre fue así, pues como todas las grandes empresas de nuestro tiempo, tuvo un comienzo, que en este caso data de larga tradición.
EL ORIGEN DE LAS APUESTAS DEPORTIVAS
Las apuestas deportivas iniciaron como una forma de pasatiempo en los juegos olímpicos de la antigua Grecia. Con la llegada del imperio romano, comenzaron a vincularse a las luchas de gladiadores, y en el medioevo, eran un evento de antesala para quienes asistían a las carreras de caballos y a las competencias de tiro al arco.
Sin embargo, no sería hasta el siglo XVIII cuando en Reino Unido, la alta aristocracia tomaría la experiencia de las carreras de caballos para formalizar las primeras apuestas deportivas, naciendo de ello los principios fundamentales para las apuestas modernas, que más tarde servirían para otras competencias, como las carreras de galgos.
Poco a poco la pasión por apostar comenzó a traspasar fronteras y para la segunda mitad del siglo XIX ya estaban presentes en casi toda Europa. Después de la primera guerra mundial, las apuestas deportivas habían cruzado hacia Norteamérica donde tuvieron gran recepción, entre los fanáticos del béisbol profesional.
A partir de los años 80 fueron surgiendo bookie o casas de apuestas en todo el mundo, y con ellas aparecieron apostadores profesionales, quienes se valieron de la variedad deportiva que ahora ofrecían los medios de comunicación, para iniciar una era donde las apuestas se hacían siguiendo las transmisiones de la radio y la televisión.
LA REVOLUCIÓN DE LAS APUESTAS DEPORTIVAS
Con la aparición de internet las apuestas deportivas se hicieron muy populares, gracias a las múltiples opciones que comenzaron a ofrecer las casas de apuestas en línea, lo que originó una revolución en el concepto de apuesta, que tuvo como base distintiva la rapidez y la instantaneidad.
A partir del 2002, distintos portales de apuestas online empezaron a ofrecer acceso exclusivo a una decena de competencias deportivas, que además venían acompañadas con la posibilidad de hacer apuestas en directo y en distintos mercados, inaugurándose así una nueva manera en el modo de apostar.
Más tarde, el desarrollo tecnológico permitió el servicio de video streaming para seguir eventos deportivos en tiempo real, y en los últimos años con la aparición de las aplicaciones móviles, se ha podido apostar más rápido desde cualquier lugar, sin tener que ingresar desde una PC.
Hoy en día, internet brinda a los nuevos apostadores la posibilidad de conocer cómo hacer una apuesta deportiva, saber cuáles son los mejores deportes para apostar, seguir consejos para hacer distintos tipos de apuestas, elegir pronósticos deportivos o aprovechar el código promocional que oferte alguna casa de apuestas, por ejemplo Bet365.
Todo este boompareciera deberse a que, por un lado, hay una necesidad inmanente en el fanático de seguir a jugadores y equipos a todo nivel, y en tal sentido hay una industria de marketing deportivo que trabaja para ello, pero, por otro lado, las apuestas deportivas también están representando una forma rápida de ganar dinero por internet.
A pesar de ello, el incremento de las apuestas deportivas también se ha presentado como un arma de doble filo para la sociedad, pues, aunque contribuye a la recaudación fiscal desde el derecho a la recreación, es un potencial problema de salud pública que puede ocasionar conductas ludópatas si no se educa al apostador.
Por esta razón, la mayoría de los gobiernos regulan las casas de apuestas otorgando licencias y autorizaciones temporales para que las marcas cumplan con estrictas políticas de verificación y autoexclusión, que eviten adicciones entre la población más joven y, por ende, garanticen el desarrollo de este sector.
EL AUGE ESPAÑOL
Actualmente, España es uno de los países europeos con el mayor número de apostantes y apuestas deportivas en línea.
Según datos publicados por la Dirección General del Ordenamiento del Juego (DGOJ) en el 2018 hubo un crecimiento del último trimestre que arrojó un total de 189,46 millones de euros, lo que supone un incremento del 4,21% respecto al trimestre anterior, y un aumento del 10,74% respecto al mismo trimestre en relación al año 2017.
De los 189,46 millones de euros generados por GGR, 99,93 millones de euros se distribuyen en Apuestas Deportivas (52,74%); 3,51 millones de euros en Bingo (1,85%); 64,77 millones de euros en Casino (34,19%); 0,17 millones de euros en Concursos (0,09%) y 21,08 millones de euros en Póquer (11,13%).
Tales datos demuestran el crecimiento sostenido que ha tenido el sector de las apuestas deportivas durante el último año, en el que deportes como: fútbol, carreras de caballos, baloncesto, tenis y ciclismo, han sido las primeras opciones de apuestas elegidas por el apostador español.
Más allá de ello y reconociendo que en la mayoría de los países las apuestas deportivas han tenido un gran protagonismo en los últimos años, no hay duda de que, con la llegada de internet y las nuevas tecnologías adaptadas a dispositivos móviles, ha habido una revolución trascendental en el concepto y en el modo de apostar.
Lo que comenzó como un pasatiempo, hoy es un extenso mercado que se apropia de la instantaneidad, en el que millones de apostadores en todo el mundo buscan cumplir con un solo objetivo: ganar.
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