El edificio de la farmacia de Concepción, condenado a desaparecer desde 2010

Publicado: 24/11/2024
En ese año fue declarado en ruina, un inmueble que albergaba el negocio familiar de la familia de José Caballero, donde dio sus primeras lecciones de dibujo
Ubicado en la arteria principal del centro urbano de Huelva, en la calle Concepción, el Laboratorio Farmacéutico Caballero fue el espacio donde José Caballero recibió las primeras lecciones de dibujo a cargo de su padre. Ya solo por eso, se trataba de un espacio de especial valor, por esa vinculación con el célebre pintor onubense. Pero es que además, su original fachada, con azulejos cerámicos de Mensaque, le confería un especial valor al inmueble, una joya del denostado patrimonio urbanístico de la ciudad.

Y pese a ello, el edificio ya forma de la historia perdida de Huelva, uno más. Hace escasas semanas fue demolido, el fin de una crónica anunciada, pues el edificio fue declarado en ruina en 2010.

Así lo argumenta la Junta de Andalucía en el informe de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, de octubre de 2023, en base al que se decidió no incluir finalmente este edificio dentro del expediente de inscripción como BIC de lugares vinculados con el pintor José Caballero, considerándose solo  Bien de Interés Cultural la casa natal del pintor, en la calle Espronceda de la capital onubense.

En dicho informe se alude a las alegaciones presentadas por la entidad mercantil propietaria del inmueble, así como a documentación complementaria presentada durante la tramitación del expediente, y se resalta que “el antiguo laboratorio farmacéutico fue declarado en ruina urbanística en fecha de 22 de diciembre de 2010, siendo firme el día 16 de julio de 2016, como consecuencia del vaciamiento de un solar próximo para la construcción de un nuevo edificio, que produjo daños estructurales sobre el inmueble”.

En ese momento, el inmueble contaba con un inquilino en régimen de arrendamiento “que no quiso abandonarlo para acometer las medidas conservativas necesarias”, motivo por el que “se produce un deterioro progresivo del edificio, agravándose los daños estructurales que había sufrido”.

En marzo de 2017 la arquitecta municipal del Ayuntamiento de Huelva informa de “la necesidad de adoptar medidas urgentes e inmediatas de protección de los ocupantes del edificio y de los viandantes, así como el desalojo inmediato del inmueble para su demolición en un plazo máximo de 20 días”.

Sin embargo, un mes después el Ayuntamiento suspende la licencia de derribo que había requerido en un intento de última hora de salvar parte de la historia de la ciudad. Así, el 3 de abril de 2017 aprueba la modificación del Catálogo de Edificios Protegidos del PGOU de Huelva para incluir la fachada del inmueble. Una decisión que fue recurrida ante el TSJA por los propietarios, que insistían en el estado de ruina del edificio, dictándose sentencia estimatoria el 4 de diciembre de 2020.

Esa sentencia fue recurrida ante el Supremo y estaba a la espera de sentencia, pero el nuevo equipo de Gobierno, con la alcaldesa Pilar Miranda, concedió hace escasos meses la licencia de derribo a los propietarios, una demolición que se ha consumado hace poco más de dos semanas.

En ese momento, el Ayuntamiento argumentó que el edificio contaba “con una declaración de ruina al encontrarse en serio riesgo de derrumbe”. Así, se referían a un informe técnico que alertaba “del peligro de colapso, que podría afectar a las medianeras y los edificios colindantes”, por lo que no quedaba más remedio que el derribo, pues “se trata de una situación de riesgo para las personas”.

No obstante, desde Urbanismo aseguraron que el proyecto “contempla la reconstrucción de la fachada original”.

Para la historia

El edificio fue construido en 1857 y fue el laboratorio farmacéutico de los hermanos Caballero, donde Policarpo Santiago Caballero, padre del ilustre pintor onubense, trabajó durante toda la infancia del artista.

Los peculiares azulejos amarillos de la planta baja de la antigua botica fueron elaborados en la factoría sevillana del barrio de Triana de Mensaque Rodríguez y Cía. El diseño original constaba de tres paños cerámicos que eran desarrollados sobre un fondo en dos tonos diferentes de amarillo que presentaba el motivo ornamental de la copa de Higía, tradicionalmente vinculada a la profesión farmacéutica. Sobre él se localizaban los diferentes rótulos, en color negro, verde y rojo.

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