Teología de Málaga

Teología de Málaga. Autocrítica

Tras 25 años de victoria en victoria del Partido Popular en el Ayuntamiento de Málaga deberíamos aplicar la misma lógica que usábamos con la Junta de Andalucía

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Tras 25 años de victoria en victoria del Partido Popular en el Ayuntamiento de Málaga deberíamos aplicar la misma lógica que usábamos con la Junta de Andalucía socialista: más allá de la gestión y del abuso oportunista de poder, fomentando el clientelismo, muy mal ha tenido que hacerlo la oposición para no ser capaz de cambiar eso.

En todo caso, después de cada fracaso, debería sobrevenir la autocrítica, ese sustantivo de uso tan infrecuente en España. ¿La oposición no va a asumir su fracaso? Adelante Málaga ha señalado a Málaga Ahora, aunque ellos nunca supieron diferenciarse; Ciudadanos se ha apresurado a algo insólito: no pensar cómo mejorar su proyecto de regeneración sino echarse en manos del alcalde sin pedir ya la dimisión de Pomares y por supuesto, tampoco de Porras… donde dije digo, Ciudadanos efectivamente parece venir a decir que no tolerará la corrupción, pero sí las corrupcioncitas.

¿Y el Partido Socialista? Pues proclama que ha frenado a la ultraderecha en Europa. Estupendo, oye; la dirección del PSOE de Málaga, tras su enésimo fracaso aquí, y tras una década sin Diputación a pesar de estar en ciclo dominante, no se enfrenta a su gran problema: la escasa talla de sus candidatos, a la medida de los aparatchicks. A cambio, nos vende que han salvado Europa. Como diría el castizo finolis: para miccionar y no echar gota.
 

El alcalde, entre tanto, va a por su 6º mandato. Vaya por delante la felicitación a Paco de la Torre por su triunfo impresionante. Hay que tener una ambición y una pasión por el poder a prueba de casi todo. Claro que no sólo los fracasos deben ser objeto de crítica, también ciertos éxitos. Y tras el elogio, va la duda: ¿de verdad necesitaba un sexto mandato, y más tras esto últimos años ya muy planos? Admitamos que ningún otro partido ha sido capaz de plantear algo mejor, pero sorprende que él no haya llegado a pensar que en algún momento hay que parar y dar el relevo.

Por supuesto, la democracia es sumar mayorías, sí, y no hay duda de su triunfo. Pero la democracia también es alternancia. De ahí las normas, reguladas o sobrentendidas, para la limitación de mandatos. Así se protege la democracia a sí misma. De la Torre no se da por enterado. Claro que quizá no sea fácil hacer ese razonamiento cuando se tiene un coro de propagandistas indesmayables que, obviando cualquier idea, jalean el triunfo del alcalde al grito de oé, oé, oé, oé, oééééééééééé, oééééééééééé …..

¿Realmente no ven la perversión intrínseca de perpetuarse tanto tiempo en el poder? Probablemente sí lo ven pero sólo valoran la perspectiva halagüeña de seguir haciendo caja en ese clásico do ut des entre el poder y sus periodistas de cabecera. Y, claro, difícilmente habrá autocrítica si no hay crítica. En fin, unos por otros, la casa seguirá sin barrer.

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