Teología de Málaga

Teología de Málaga. Milonga

Hay dos partidos que pelean por la victoria. Dos candidatos de perfil radicalmente distinto

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Hay dos partidos que pelean por la victoria. Dos candidatos de perfil radicalmente distinto  –Paco de la Torre, el gran De la Torre, y Dani Pérez, el hombre discreto– que han filtrado encuestas. Según la encuesta del PSOE, el bloque de la izquierda sumará 16. Según la encuesta del PP, el bloque de la derecha sumará 16. Ninguna sorpresa. Los dos pelean por el concejal 16 que da la mayoría absoluta, y los dos filtran encuestas de fiabilidad dudosa que se lo dan a cada uno respectivamente. Esto es campaña electoral, o sea, el territorio natural de la milonga.

De la Torre, entre otras tantas, lleva el Auditorio como promesa estrella. Convendrá recordar el Auditorio está en los programas electorales desde 2007. Sí, desde 2007. Doce años, doce, tres mandatos completos. ¿Y qué se ha hecho? Pues nada. Y lo peor no es que no se haya hecho nada, sino que no se hará nada, porque esto depende de la Junta y del Estado, que no van a  financiar un Auditorio de esa entidad cuyo presupuesto de partida frisaba cien millones de euros, aunque sin duda se iría mucho más allá. La promesa estrella es, sencillamente, una milonga

Dani Pérez se ha comprometido a implantar una “economía verde” con fecha límite 2025. O sea, mientras el mundo trata de imponer la agenda 2030, invirtiendo ingentes recursos, Dani Pérez cree que se adelantará cinco años en una ciudad del furgón de cola por PIB. Hombre, hombre… Cuesta creer siquiera que para ese año todos los edificios públicos funcionen con renovables. O la reforestación, vistos los antecedentes de la Junta. A lo sumo, de cara a la galería, se hará un buen gasto en tener una flota eléctrica de coches oficiales. Pero lo de Málaga convertida en economía verde en 2025 no cuela. Es, sencillamente, otra milonga.

Los dos grandes candidatos tratan de ganar el sprint, o sea, el concejal 16 para el bloque de la derecha o el bloque de la izquierda. Y lo hacen con promesas que no se van a cumplir; promesas que ni siquiera se pueden cumplir como la economía verde o el auditorio de cien millones. En definitiva la milonga, como dice la Real Academia, no sólo es una forma musical de la cultura popular del cono sur, sino coloquialmente un engaño. En fin, sólo son cuentos, y no cuentos chinos, sino cuentos completamente malagueños.

Por cierto, quién es culpable de la milonga: ¿quién la cuenta? ¿o quién la vota?

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