Reclamar desperfectos constructivos, la peor pesadilla del comprador

Publicado: 28/04/2021
Comprar una casa puede ser una de las decisiones más complejas y también más ilusionantes que puede hacer una persona o una familia
Comprar una casa puede ser una de las decisiones más complejas y también más ilusionantes que puede hacer una persona o una familia. Son muchos años ahorrando dinero para construir o comprar directamente una vivienda que se convierta en un hogar para toda la vida. 

Sin embargo, por desgracia, como consumidores nadie nos suele alertar de los peligros o de los inconvenientes que pueden surgir a raíz de esta compra y que, sin ninguna duda, nos ocasionarán algún que otro dolor de cabeza. En el momento de la adquisición todo suele ir de perlas pero, al poco tiempo de estar instalados en la nueva casa, es posible que comencemos a ver ciertos desperfectos constructivos o pequeños fallos en las instalaciones que tendremos que solucionar. 

No obstante, ¿es posible reclamar como propietarios estos fallos dentro de la vivienda? La respuesta es sí. Reclamar defectos constructivos o vicios ocultos dentro de una casa recién comprada es totalmente posible y bastante sencillo

Además, hoy en día contamos con arquitectos y abogados especialistas en este tipo de procesos que nos facilitan muchísimo el hecho de poder reclamar con dpcon y que ponen a nuestra disposición todo tipo de herramientas y recursos para garantizar los mejores resultados dentro de esta demanda. 

Por todo esto, en el día de hoy hemos querido resumir en este artículo los principales aspectos que cualquier propietario debe tener en cuenta cuando encuentre desperfectos constructivos o vicios ocultos en su vivienda: plazos de reclamación, tipos de desperfectos y todos los procedimientos que debemos llevar a cabo como compradores.

Tipos de desperfectos constructivos

En términos generales, los desperfectos constructivos son errores que se han cometido por parte de la empresa constructora,  o de los técnicos intervinientes, en la construcción de una vivienda y que afectan en diferentes aspectos a su habitabilidad. Pueden ser desde fallos en la pintura exterior, hasta humedades o problemas con la instalación eléctrica, así como también problemas de mayor gravedad como fallos estructurales o grietas.

Dentro de los desperfectos constructivos lo primero que debemos tener claro es que existen diferentes tipos, para poder determinarlos bien dentro de nuestra vivienda y analizar, claramente, qué funciona de manera incorrecta en nuestra casa. 

Desperfectos constructivos estructurales

Los desperfectos constructivos estructurales son aquellos que afectan de manera directa a la seguridad y la propia estructura de la vivienda dentro de las vigas, los cimientos o los muros de carga. Lo más normal es que este tipo de desperfectos se hagan visibles mediante grietas o fisuras en las paredes externas e internas de la casa.

No obstante, también se pueden producir asientos diferenciales en los cimientos, problemas con la estructura base de la casa o un descenso del terreno. Son, probablemente, los desperfectos de mayor envergadura, ya que pueden provocar que una casa se vuelva completamente inhabitable. 

Desperfectos constructivos de habitabilidad

Los desperfectos constructivos de habitabilidad están más relacionados con aspectos en las propias instalaciones de la vivienda: tuberías en mal estado, una instalación errónea en los circuitos eléctricos, malos olores, fallos en el aislamiento térmico o acústico o problemas de humedades. Estos serían los tipos más comunes que afectan en mayor medida a la funcionalidad de la vivienda y a su uso satisfactorio. 

Desperfectos constructivos de acabados

Finalmente, el último tipo de desperfectos constructivos al que podemos atender son los desperfectos relacionados con los acabados de la vivienda: malas terminaciones de las pinturas, baja calidad de los recursos utilizados, ventanas o puertas que no funcionan, remates inacabados o defectos en los complementos como grifos, embellecedores, interruptores… Se trata de daños más leves pero igualmente reclamables. 

Diferencia entre desperfectos constructivos y vicios ocultos

Pero, ¿qué pasa cuando una vivienda tiene vicios ocultos? Además de los desperfectos constructivos, sobre todo en el caso de las viviendas de segunda mano, estas pueden presentar también vicios ocultos, es decir, defectos que no se pueden apreciar cuando se compra el inmueble.

Los vicios ocultos de una casa también son objeto de reclamación legal, ya que se entiende que, si el comprador hubiese estado informado acerca de ellos, bien no habría realizado la compra, o bien el precio de venta debería de haber sido menor. Estos vicios ocultos disminuyen el valor de la vivienda y, en muchos casos, imposibilitan la habitabilidad en ella. 

Principales plazos de reclamación

Una vez  tengamos claro qué tipo de desperfectos constructivos tiene nuestra vivienda, lo siguiente es ponernos manos a la obra en la reclamación. La reclamación de estos defectos se realiza en torno a una serie de plazos que los propietarios deben conocer. 

Dependiendo del tipo de desperfectos y de las obras de mejora que los propietarios deben realizar en la vivienda se estipulan los siguientes plazos de reclamación:

  • Para desperfectos constructivos estructurales: 10 años.
  • Para desperfectos constructivos de habitabilidad: 3 años.
  • Para desperfectos constructivos de acabados: 1 año.
  • Para vicios ocultos (en viviendas de segunda mano): 6 meses. 
Además de esto, una vez que los daños se manifiestan en la vivienda y se acrediten mediante la elaboración de un informe pericial se activa otro plazo de 2 años para demandar a los responsables de la construcción de la vivienda. 

Procedimiento a tener en cuenta una vez determinado el daño

Una vez conocidos los tipos de desperfectos constructivos y los plazos con los que contamos los propietarios para reclamar a los responsables, debemos conocer también el procedimiento a seguir desde que identificamos el fallo hasta que lo vemos solventado. 

  1.  Identificación del desperfecto: se reconoce el tipo de defecto y se realiza un listado con ellos. 
  2.  Informe pericial: Se contacta con una empresa especializada que realiza un dictamen pericial para determinar el grado de los desperfectos y ofrecer una visión técnica sobre ellos mediante un informe. En él se recogen los tipos de daño, la causa, el reporte económico que cada uno de ellos y la responsabilidad técnica de los mismos. 
  3.  Estudio de la viabilidad judicial: con los datos recogidos, se elabora un estudio de viabilidad judicial que tiene en cuenta los desperfectos y los plazos de reclamación. 
  4.  Demanda judicial: se prepara un requerimiento para reclamar a los responsables de la construcción por sus prácticas deficientes. En el caso de no ser atendido se acude a los tribunales de justicia. 
Con todos estos pasos, cualquier propietario puede reclamar aquellos defectos constructivos que identifique en su hogar y que crea convenientes, de manera que los responsables se tengan que hacer cargo de solventar el problema. 

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