El invierno es tiempo de sofá, peli y mantita, aunque este año, quitando la manta, todos los meses han sido de sofá y peli.
En cualquier caso, el clima invernal y sus rutinas parecen propiciar un mayor número de encuentros sexuales. Sin embargo, también es cierto que el verano, la luz y la escasez de ropa ayudan bastante a juntar los cuerpos.
Si tomamos como referencia los datos de https://www.vivelavita.com/es/, una de las mejores tiendas online de juguetería sexual y artículos para el sexo, las tendencias parecen haber cambiado en los últimos tiempos. ¿Nos influye tanto la época del año como pensábamos?
La época del año y la vida íntima
El frío hace que busquemos a nuestra pareja bajo el edredón y que nos acurruquemos en el sofá bajo la mantita. ¿Y es entonces cuando la cámara enfoca la chimenea y se da rienda suelta a la pasión?
Bueno, en muchos casos sí, pero no necesariamente. El contacto físico continuado favorece las relaciones de pareja, pero también forma parte de la rutina diaria de la misma, y si no se introducen novedades o pequeñas señales de sensualidad o erotismo, es posible que simplemente acabemos utilizando a nuestra pareja como sistema de calefacción.
Las explicaciones tradicionales sobre la mayor energía sexual vinculadas a la luz veraniega, a la ropa ligera y a la mejora en el estado de ánimo también parecen tener las mismas fisuras que las que apuestan por el invierno como facilitador sexual.
Sí, es cierto que todos esos factores estimulan la libido, y tal vez propicien los encuentros casuales, pero, ¿hasta qué punto aumentan la frecuencia de relaciones sexuales en los matrimonios o las parejas a largo plazo, más allá de los días de vacaciones?
Más que la época del año el factor clave es la novedad
Los estudios sexológicos y psicológicos se balancean cada vez más hacia el lado de la introducción de novedades en la vida de la pareja como factor facilitador de los encuentros sexuales.
Sea invierno o verano, van a ser las rupturas de la rutina de la pareja las mayores aliadas de una vida sexual frecuente y satisfactoria.
Y es que las personas necesitamos estímulos nuevos e ilusiones. Un regalo inesperado, un mensaje con contenido erótico a media mañana o la inclusión de un nuevo juguete sexual son los estimuladores más potentes para mantener la actividad sexual en pareja.
Tanto si se trata de una pareja de larga duración como si hablamos de un encuentro casual, nuestro cerebro se despierta ante las situaciones nuevas, y no solo aumenta la libido, sino la motivación para actuar, para buscar a la pareja y desconectar del mundo por un tiempo que no tiene precio.
En definitiva, el invierno propicia más tiempo y contacto físico en las parejas que conviven juntas, mientras el verano estimula la subida de la libido en general y favorece el encuentro de parejas nuevas u ocasionales. Sin embargo, van a ser los estímulos novedosos, como el enamoramiento, las fantasías, los regalos o los juguetes sexuales los que van a tener mayor influencia en la frecuencia de los encuentros sexuales.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es