“Confuso”. Así
ha calificado al Nutri-Score, el sistema de etiquetado frontal de alimentos elegido por el Gobierno español, la presidenta del comité científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), Montaña Cámara. Según la cátedra de Nutrición y Bromatología, el NutriScore “busca una simplificación, pero no es tan fácil de entender”. “Es un fraude a los consumidores”, asegura José Manuel Bajo, representante de las denominaciones de origen olivareras de toda España. Al mismo tiempo, el nutricionista y dietista Carlos Ríos afirma que el sistema “confunde a la población” impulsando a los españoles a comer productos “insanos pensando que son sanos”.
Las opiniones que provienen de especialistas y representantes de distintos sectores, ponen en evidencia la realidad sobre el etiquetado nutricional de alimentos elegido por las autoridades españolas. En definitiva, son muchos los que creen que el Nutri-Score no es el sistema adecuado para España.
El Nutri-Score es una de las opciones de etiquetado de alimentos que existen. Desarrollado en Francia, el sistema está basado en un semáforo nutricional de colores y letras de la “A” a la “E”. En teoría, el objetivo es facilitar al consumidor la identificación de información nutricional de los alimentos. Para ello, el algoritmo calcula una nota en base a la cantidad de puntos negativos, basados en la cantidad por cada 100 gramos de nutrientes cuyo consumo está desaconsejado. Como por ejemplo, calorías, grasas saturadas, sal y azúcar. También se calculan los puntos positivos en base a la proporción de proteínas, vitaminas y fibras.
Desde que el Gobierno español anunció en 2018 que pondría en marcha este sistema, las críticas no han cesado. Pero ahora que la fecha de implementación está más cerca, el rechazo se hace aún más visible. Uno de los principales argumentos en contra del Nutri-Score tiene que ver con la clasificación del aceite de oliva.
Como lo
han hecho saber los representantes de la Sectorial Nacional del Aceite de Oliva Virgen con Denominación De Origen al presidente de la Aesan, Rafael Escudero, el Nutri-Score “equipara todo el aceite de oliva (también el virgen y el virgen extra) a otros aceites”. Lo que consideran, genera confusión al promover “información nutricional incompleta, tendenciosa y, por tanto, falsa”. Esto debido a que el Nutri-Score no pone en valor los beneficios para la salud del aceite de oliva. Mientras tanto, el sistema permite maquillar productos insanos, tal como
lo explica Beatríz Robles, tecnóloga de los alimentos. “Hay productos insanos, como cereales con mucha azúcar, que se cuelan con buenas notas, o alimentos como el aceite de oliva que todavía tienen una mala nota”, explica la experta en nutrición.
Más allá de “criminalizar” al aceite de oliva al ignorar sus probadas propiedades saludables, el Nutri-Score esconde también un efecto económico negativo. Según datos aportados por la Sectorial, España exporta hasta dos tercios de la producción interna de aceite de oliva virgen y virgen extra. Un tercio de la misma se comercializa en países de la Unión Europea.
De aquí la importancia de que el aceite de oliva sea reconocido como se debe y no estigmatizado bajo una clasificación simplista que es la que le otorgaría el Nutri-Score. Sobre todo porque igual sus cualidades a las de otros tipos de aceite, podría engañar a los consumidores haciéndoles creer que todos los tipos de aceites tienen las mismas propiedades. Lo que podría resultar en un descenso en el consumo de aceite de oliva, no solo en España, sino también a nivel europeo.
Desde la Sectorial aceite de oliva con DO han sido claros al responsabilizar al Gobierno de las posibles consecuencias que tendrá la aplicación del Nutri-Score. Sus representantes consideran que de llevarse a cabo la implementación, se dañará la imagen y reputación de uno de uno de los agroalimentos base de la dieta mediterránea. Y resaltan además que la decisión de las autoridades españolas ponen en riesgo la Marca España.
Quien también apoya esta idea es la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo. "Estamos hablando de un magnífico alimento, esencial en la dieta mediterránea, reconocida internacionalmente por ser rica, variada y, sobre todo, sana",
aseguró Crespo al referirse a la polémica en torno al aceite de oliva. Reforzando así la oposición al sistema Nutri-Score.
Pero la ministra española no es la única en oponerse al sistema. Lo cierto es que el Nutri-Score sigue fragmentando a los países europeos ya que son cada vez más los que se oponen a la implementación de este sistema. Para
oficializar su postura, Italia, República Checa, Chipre, Grecia, Letonia, Rumanía y Hungría presentaron un documento en el que exigen un nuevo enfoque. Piden no solo un sistema “basado en información científica sobre las porciones y cantidades consumidas”, sino también que se tengan en cuenta las particularidades de determinadas dietas como la mediterránea.
Ahora, la mirada está puesta en la reunión del Consejo de Agricultura y Pesca de la Unión Europea que se llevará a cabo el 15 de diciembre. Durante la misma, se abordará la cuestión del etiquetado frontal de alimentos y se esperan definiciones sobre la elección de un sistema común entre los 27 estados miembros. Algo que será difícil de lograr, teniendo en cuenta el nivel de rechazo con el que cuenta el Nutri-Score.
De hecho, la ministra italiana de Agricultura, Teresa Bellanova,
ya dejó en claro que “Italia no proseguirá las negociaciones europeas sobre un texto de conclusiones del Consejo de Agricultura y Pesca sobre el etiquetado de los productos alimenticios". Esto debido a que junto a los otros países mencionados, Italia busca establecer un etiquetado nutricional transparente que permita a los consumidores tomar decisiones informadas mediante información objetiva. Aunque para ello, deberán hacerle frente a Alemania, que desde que asumió la presidencia rotatoria de la UE dejó en claro su postura a favor del Nutri-Score. Aunque la balanza puede volver a equilibrarse una vez que Portugal tome la posta en enero de 2021.
Frente a toda la evidencia recolectada por especialistas, las autoridades españolas no pueden hacer oídos sordos. Tal como
lo explica la organización de representantes del aceite de oliva, “el Gobierno no puede ser cómplice de un atropello que dañará irremediablemente la imagen y la reputación de uno de los productos agroalimentarios más prestigiosos del país, base de la dieta mediterránea y demostradamente la grasa más saludable que se puede consumir". Es por eso que llaman a las autoridades a replantear la implementación del Nutri-Score, prevista para el primer trimestre de 2021, y considerar otras alternativas adecuadas para la dieta española.