No hay duda que dentro del mundo del turismo hay algunos destinos que resultan muchos más atractivos y fascinantes sobre otros, y no es precisamente por los servicios que tengan para ofrecer ni por la ubicación donde se encuentren. Sencillamente es por la magnitud de los monumentos que tengan, tal como es el caso de Egipto.
Con una historia fascinante de varios miles de años, Egipto fue cuna de una de las civilizaciones más importantes de la historia por sus grandes aportes, despertando fascinación en muchas culturas posteriores. De hecho, algunos establecen que los griegos pudieron inspirarse en ellos en varios sectores.
La maravilla de conocer Egipto
Ahora bien, con este fascinante pasado lleno de misterio donde los faraones, reinas, momias y, por supuesto, sus pirámides fueron protagonistas, no es de extrañar que Egipto sea considerado como uno de los destinos turísticos más populares del mundo.
Conocer este país es una verdadera y maravillosa aventura desde cualquier punto de vista, ya que además de la distancia hasta llegar aquí y el cambio de idioma, está el contraste de estos áridos paisajes que atrapan a los viajeros desde el primer momento en que llegan.
Se calcula que Egipto recibe alrededor de 8 millones de turistas extranjeros cada año. Muchos de estos provenientes de Europa, por eso no es de extrañar que gran parte de su economía dependa de estos ingresos.
Además, es necesario destacar también la amabilidad de su pueblo con los viajeros, quienes los hacen sentir siempre como en casa.
Mucho más que pirámides
No es secreto para nadie que en la mayoría de Paquetes a Egipto que se ofrecen en el mercado, las pirámides son de los principales atractivos. Construidas hace miles de años con una técnica que aún resulta desconocida, pero sin duda fascinante para los expertos en el tema, se conservan prácticamente perfectas, siendo el fondo de miles de fotografías.
Junto a las pirámides hay otros monumentos que resultan tradicionales, como es el caso de la Esfinge de Guiza, esculpida alrededor del siglo XXVI a.C. Con 70 metros de longitud y 20 de ancho es la representación para algunos de un león acostado, pero con cabeza humana.
Igualmente ocurre con el Valle de los Reyes, donde reposan los restos de la mayoría de los faraones de lo que se conoce como el Imperio Nuevo, así como de algunos animales que resultaban sagrados para la época.
No hay duda que visitar cualquiera de estos sitios es una experiencia fascinante y que seguro permitirá crear recuerdos que permanecerán en la mente para siempre, más allá de las fotografías.
Pero la realidad es que este destino es tan rico en cuanto a monumentos y culturas, que hay toda una lista de lugares para ver, que, aunque resulten menos populares, también merecen la pena.
Hacer una ruta de templos sagrados
Puede que, en las listas de los operadores turísticos, los templos de Luxor y Karnak ocupen los primeros lugares, pero esto no quiere decir que no existan muchas más opciones, todas ellas maravillosas.
Tal es el caso del templo de Edfú, considerado como el mejor conservado de todo el país. Se estima que la construcción de esta imponente estructura data del año 237 a.C. Fue levantado en honor al halcón Horus, considerado como el símbolo de la caza y la guerra de esta civilización.
Siguiendo con el recorrido de lugares sagrados, es el turno del templo de Phile. Situado en una pequeña isla en medio del río Nilo, se cree que en principio estaba dedicado a la diosa Isis, pero cuando los romanos llegaron a estas tierras fue convertido en una iglesia cristiana y posteriormente en una mezquita islámica.
Mucho más impresionantes están los templos de Abu Simbel, conocidos también como los templos de Ramsés II, por ser este quien ordenó su construcción. Uno está dedicado a él y otro a su esposa Nefertiti. Está edificados en la ladera de una montaña con grandes esfinges que adornan su entrada, por lo que a la vista resultan impresionantes.
Finalmente, pero no menos importante está Kalabsha. Construido en el año 30 a.C. en honor al Dios del sol nubiano, Mandulis. Algo que lo hace aún más interesante, es el hecho de que fue reubicado de su lugar original después de la construcción de una presa. Es considerado como uno de los mayores ejemplos de la arquitectura Nubia, aunque no fue terminado.
Descubrir el corazón de El Cairo
Como capital de Egipto, El Cairo es mucho más que un punto de partida a otras regiones. Esta urbe ofrece un sinfín de atractivos, donde los museos son protagonistas. Pero, además, están los mercados tradicionales.
Tal es el caso de Khan El-Khalili, donde pueden encontrarse artesanías provenientes de diferentes puntos, antigüedades, joyas y, por supuesto, gastronomía tradicional a precios sumamente bajos. Recorrerlo es una experiencia maravillosa, ya que ofrece un magnífico contraste entre colores, aromas y sabores.
Por último en la lista, está la mezquita del sultán Hassan, con más de 7.000m² de construcción tiene una maravillosa composición arquitectónica que merece la pena recorrer y disfrutar.
Sin importar las razones, la época del año o la duración del viaje, Egipto es un destino que merece la pena, incluso para repetir en varias oportunidades, pues siempre quedarán lugares por descubrir.
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