La economía lleva años creciendo a buen ritmo y es un síntoma claro de la recuperación económica que está viviendo Andalucía. La región es la comunidad autónoma más poblada del país y una de las tres principales economías. Las exportaciones se han duplicado desde la última crisis y el empresariado andaluz es cada vez más joven y diverso.
Pero en la economía andaluza se están apreciando síntomas que son parecidos a los de otras regiones del país, y es que existe una sobre cualificación en el ámbito universitario y un déficit de profesionales titulados en ciclos formativos de formación profesional. Tal y como se puede ver en las previsiones de la publicación en este diario, en los próximos años (en torno a 2030), la economía andaluz demandará más titulados FP que titulados universitarios.
Es algo que se está apreciando especialmente en el sector servicios, pero también en otros ámbitos como el sanitario. Las empresas están apostando por la reciente ley de formación profesional puesta en marcha por la Junta de Andalucía, que se espera que haga posible una mayor oferta formativa en FP para satisfacer la demanda del mercado laboral. Esta nueva ley sin duda ayudará porque se prevén incrementos del número de plazas en los próximos años de forma continuada, pero también se prevé que la demanda siga superando a la oferta pública.
Por ello existen muchos alumnos que optan por un centro privado de formación profesional, donde es posible estudiar ciclos de fp como el ciclo de formación profesional de grado superior imagen para el diagnóstico y medicina nuclear o el de radioterapia y dosimetria. En cualquier caso, en el último curso 2018/2019 la Junta ha incrementado en 1320 plazas la oferta formativa de FP y en total también se ofertan 395 proyectos de FP Dual, con 13 ciclos de nueva implantación.
La formación profesional, la tarea pendiente en el sistema educativo español
Nuestro país presenta una de las tasas de paro juvenil más elevadas de la OCDE y esto no es fruto de la casualidad sino de la dualidad del sistema educativo durante años. Mientras que muchos jóvenes cuentan apenas con la ESO otros tantos tienen estudios universitarios, existiendo por tanto un porcentaje muy reducido con una formación intermedia.
Esta dualidad ha ocasionado una falta de empleabilidad para los primeros y una sobre cualificación profesional para los segundos y es algo que no tendrá arreglo hasta que no se apueste desde el sistema educativo por la formación profesional. España cuenta con una escolarización en FP de las más bajas de toda la OCDE y de la Unión Europea, con un 12% en FP de grado medio frente a la media del 26% de la organización internacional.
Los empresarios alertan de que es necesario cambiar esta situación de forma urgente, y es que el mercado laboral está cambiando y son necesarios perfiles técnicos para multitud de empleos; empleos para los cuales los titulados universitarios están sobrecualificados. Aunque las previsiones indican que en Andalucía será el año 2030 cuando realmente los titulados de FP sean más demandados que los universitarios, lo cierto es que la tendencia ya se está notando con claridad.
Según los datos recogidos sobre el total de ofertas de empleo emitidas por las empresas en 2018, un 40,3% de las ofertas de trabajo ya están dirigidas a titulados en formación profesional, lo que supone un notable incremento del 8% respecto al año anterior. Durante este año se espera que esta evolución continúe y para antes de 2030 probablemente sean ya mayoritarias.
Ministerio de Educación y comunidades autónomas trabajan para adaptar el sistema educativo a las necesidades del mercado laboral, y es algo que ocurre en todo el país. Cada año, la demanda de alumnos para cursar estudios de formación profesional supera ampliamente la oferta emitida por las comunidades autónomas, una situación que está dejando fuera del sistema educativo a decenas de miles de jóvenes anualmente.
El incremento de la oferta formativa en los próximos años en la educación pública y la existencia de centros de formación profesional privados sin duda se espera que contribuyan de forma notoria a mejorar la empleabilidad de los jóvenes andaluces cumpliendo un doble objetivo:cubrir las miles de vacantes en las empresas de la comunidad y reducir la elevada tasa de desempleo juvenil existente en la región.
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