La ciudad de Salamanca volverá a recordar este miércoles, 31 de diciembre, a quien fuera uno de sus vecinos más ilustres del pasado siglo, Miguel de Unamuno.
En el último día del año, fecha en la que falleció en 1936, la escultura del literato, en la calle Bordadores y frente a la casa en la que vivió, volverá a albergar la ofrenda floral.
En esta ocasión, el Prior de los Dominicos en Salamanca, Ricardo de Luís Carballada, coincidiendo con el VIII centenario de la creación de la Orden, acompañará al alcalde de la ciudad, Alfonso Fernández Mañueco.
En cuanto a la Orden de Predicadores, protagonista en esta edición de la ofrenda, fue fundada en Toulouse (Francia) en 1215 y, tras la creación de la Universidad de Salamanca en 1218, Santo Domingo de Guzmán mandó que se fundara en la ciudad tormesina un convento para que sus frailes estuvieran presentes en las ciudades universitarias.
Inicialmente los Dominicos se establecieron en Salamanca fuera de las murallas, junto al río Tormes, en la iglesia de San Juan El Blanco, a la que adosaron su convento. En esta ubicación permanecieron hasta que en 1256 una riada del Tormes derribó iglesia y convento.
Ese mismo año, el Obispado de Salamanca les entregó la iglesia de San Esteban, que en aquellos años era un pequeño templo románico. Casi desde sus inicios, el convento de San Esteban quedó consagrado como centro de estudio y docencia para la Teología.
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