El obispo de Segovia, Ángel Rubio, advierte de que una cierta mentalidad ambiental "hedonista, permisiva e insolidaria" está detrás de los problemas que en la actualidad "asedian" al matrimonio y la institución familiar.
En su última carta pastoral, indica que la familia atraviesa dificultades importantes por las presiones que sufre, particularmente con la "plaga del divorcio", que según lamenta cobra especialmente sus víctimas en los hijos.
A ello se suma, según el prelado, una mentalidad "anti-vida", la impregnación de una cultura de muerte y de miedo al futuro que reduce el sentido de acogida de la vida, y la "insuficiente" protección en los aspectos económico, social y de vivienda o el "injusto" tratamiento al que en estos campos muchos núcleos familiares se ven sometidos.
"Especial dificultad en estos momentos son algunas legislaciones en favor de ciertas uniones, que atentan contra el matrimonio y la familia, vulneran la más elemental dignidad y verdad del ser humano, conducen a la quiebra de humanidad o a ahondar en ella, y ponen en peligro, en consecuencia, la estabilidad de la misma sociedad", agrega Rubio en su carta, recogida por Europa Press.
En su misiva, con título 'La familia hoy', recuerda que en este mes de octubre se celebra en Roma la primera etapa del Sínodo de los Obispos para recoger testimonios y propuestas de los peritos y padres sinodales y que esta Asamblea extraordinaria se completará con la Asamblea General Ordinaria del año 2015. En ambos casos, precisa, la finalidad es buscar líneas operativas para la pastoral de la persona humana y de la familia en el contexto de la evangelización.
En este marco, el obispo segoviano remarca que es "sumamente necesario y apremiante" presentar con autenticidad el ideal de la familia según el designio de Dios, basado en la unidad y fidelidad del matrimonio, abierto a la fecundidad y guiado por el amor. "Son estos aspectos los que corresponden mejor a las exigencias del corazón humano, aunque contrasten con las propuestas del mundo", asevera.
Según añade, todos sin excepción están obligados a promover y fortalecer los valores y exigencias de la institución familiar, que debe ser ayudada y defendida mediante medidas sociales apropiadas.
"La sociedad tiene la grave responsabilidad de apoyar y vigorizar a esta y su fundamento, que es el matrimonio único e indisoluble. La misma sociedad tiene el inexorable deber de proteger y defender la vida, cuyo santuario es la familia, así como dotar a esta de los medios necesarios --económicos, jurídicos, educativos, de vivienda y trabajo-- para que pueda cumplir con los fines que le corresponden a su propia verdad o naturaleza y asegurar la prosperidad doméstica en dignidad y justicia", afirma.
ACTITUD "SUICIDA"
Para el prelado, no ayudar debidamente a la familia constituye una actitud "irresponsable y suicida" que conduce a la humanidad "por derroteros de crisis, deterioro y destrucción de incalculables consecuencias". "La actual legislación, que ni siquiera reconoce la realidad humana del matrimonio en su especificidad con una institución o figura jurídica adecuada, debe ser corregida y mejorada porque compromete seriamente el bien común", considera.
Además, opina que el egoísmo, "que triunfa en la vida matrimonial y familiar de España, tal vez como en ningún otro campo de las relaciones sociales", debe ser combatido también en el ámbito de la educación en general, de la formación católica y de la atención pastoral matrimonial y familiar.
"Nos vemos impulsados a afirmar que tenemos que desarrollar un especial cuidado por la familia y por su misión en la sociedad y en la Iglesia, creando itinerarios específicos de acompañamiento antes y después del matrimonio. Queremos expresar nuestra gratitud a tantos esposos y familias cristianas que con su testimonio continúan mostrando al mundo una experiencia de comunión y de servicio que es semilla de una sociedad más fraterna y pacífica", apunta.
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