¿Qué hacer para que las niñas llenen las aulas de matemáticas o ingeniería?

Publicado: 10/02/2023
Cada año desde 2015, el 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
En las carreras de ingeniería, física, matemáticas o informática siguen faltando mujeres. Dejar de llamarlas "áreas duras", hacer una labor pedagógica desde las primeras etapas educativas, también en los hogares, y despertar el sentido de la curiosidad son algunas de las claves para fomentar esas vocaciones.

Cada año desde 2015, el 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una jornada para promover la igualdad, la ciencia y dar visibilidad a las investigadoras. La física Susana Marcos y la ingeniera Belén Riveiro hablan con EFE de sus referentes, de estereotipos, de sus trabajos y de cómo fomentar las vocaciones.

Y es que, si bien en España las mujeres matriculadas en carreras científicas son el 49%, la mayoría escogen estudios relacionados con la salud y los cuidados (71%) -como medicina o biología-, frente a grados técnicos como ingeniería (25%), física (17%), matemáticas (14%) o informática (12%).

Esta brecha de género, que cada año revelan los datos del Ministerio de Educación, empieza en la escuela, donde sólo un 4,2% de las adolescentes de 15 años dice estar interesada en estudiar alguna de estas carreras.

Acabar con esta discriminación no es solo una cuestión de justicia social, también económica, porque las carreras de las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son las mejor remuneradas y porque expulsar a la mitad de la población de estas profesiones supone una pérdida cercana al 15% del Producto Interior Bruto (PIB), según Educación.

La física Susana Marcos (Salamanca, 1970) fue galardonada en 2019 con el Premio Nacional de Investigación "Leonardo Torres Quevedo", por su contribución a la ingeniería óptica y fotónica, y defiende que las carreras técnicas hay que dejar de llamarlas "áreas duras, que ya parece que les da una connotación negativa, haciéndolas parecer difíciles de hincar el diente".

CUESTIONAMIENTO Y SENTIDO CRÍTICO

"En general, creo que la educación de las ciencias, y de todas las asignaturas (para niñas y para niños) debería orientarse desde el sentido de la curiosidad, el cuestionamiento y el sentido crítico, tres atributos principales en un científico, y lo que a mí, estimulados en clase, fue lo que me atrajo a una carrera científica".

Marcos, ahora en la Universidad de Rochester de Estados Unidos, también dejaría, además, de presentar las asignaturas de manera estanca y evitaría encajonar a las alumnas y los alumnos hacia áreas muy concretas demasiado pronto.

"Hay que dar margen para explorar lo que a cada uno le apasiona, sean las ciencias u otras disciplinas. Al final la innovación y el avance surge de la conexión de campos y de ideas; en mi caso la física, la oftalmología, la psicología, la neurociencia, la ingeniería biomédica".

Belén Riveiro (Cotobade, 1983), quien ganó en 2022 la primera edición del Premio Nacional de Investigación para Jóvenes Matilde Ucelai por dar solución a retos actuales de la ingeniería estructural, coincide con Marcos: la solución viene desde las primeras etapas.

En cuanto a que las niñas se sientan menos capaces a partir de los seis años, según algunos estudios, Riveiro señala que estos confirman que "todas las personas nos sentimos iguales cuando nacemos y por lo tanto creo que hay que romper con todas aquellas dinámicas que llegan a modificar nuestra visión de nosotros mismos y nuestras conductas".

REDES SOCIALES

"Hoy en día -añade Riveiro- el contexto social está fuertemente influido por redes sociales y televisión. Creo que el establecer medidas de control para evitar el fomento de actitudes que fomentan el sesgo por género es una prioridad en nuestra sociedad. Animaría a los generadores de contenido que reflexionen profundamente sobre esto y sobre el futuro que desearían para sus hijas".

Riveiro es docente e investigadora en la Universidad de Vigo e imparte asignaturas de resistencia de materiales y en general de análisis de estructuras; además es miembro del grupo de investigación en Geotecnologías Aplicadas, que trabaja en el ámbito del mantenimiento de infraestructuras.

Cuando era niña, recuerda, tenía claro que quería ser ingeniera, por imitación y admiración a su padre. Años más tarde, la realización de prácticas en un centro de investigación el último año de la carrera marcó un punto de inflexión: "a partir de ese momento vi clara mi vocación por la carrera científica".

Marcos, viniendo de una familia de humanidades, decidió desviarse de la tradición familiar y estudiar ciencias en bachillerato. "Me gustaban las matemáticas y la física, y pensé que podría seguir cultivando mi interés nato por la historia, la literatura y las lenguas como 'hobby' personal, y profesionalmente dedicarme a una carrera de ciencias".

Decidió ser científica y hacer la tesis doctoral tras una visita al Instituto de Óptica del CSIC, donde ha desarrollado una buena parte de su carrera profesional.

Marie Curie está entre los referentes de Riveiro y María Josefa Yzuel, entre los de Marcos, que también recuerda a su profesora de física del colegio o a la responsable de la asignatura de óptica coherente en la Universidad de Salamanca.

Marcos, junto a su equipo, desarrolla instrumentación óptica para el diagnóstico de enfermedades oculares y correcciones para las condiciones más frecuentes en oftalmología, como miopía, presbicia, catarata o enfermedades en la cornea.

Su trayectoria, afirma, ha requerido mucha dedicación y compromiso, pero "realmente cuando disfrutas con lo que haces, las dificultades son más bien retos que te hacen dar lo mejor de ti misma".

"No pienso que los logros hayan caído del cielo, pero tampoco tengo la sensación de haber encontrado más obstáculos que mis compañeros. Quizá tenga filtros que no me hayan dejado ver algunos sesgos de género que, en algunas ocasiones, alguna gente a mi alrededor, sí han observado que han existido".

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