El Grupo Especial de Operaciones (GEOS) y la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional han retomado este miércoles las batidas para la búsqueda de la psicóloga madrileña Sandra Bermejo, de 32 años, desaparecida en el entorno de Cabo Peñas, en el concejo asturiano de Gozón, el pasado 8 de noviembre.
Según ha informado la Comisaría de la Policía Nacional de Gijón, a primera hora de esta mañana miembros de los GEOS y de la UDEV se han desplazado para retomar el rastreo por mar en la zona en la que desapareció la joven, mientras que a lo largo de la jornada se retomará la búsqueda por tierra.
Está previsto que una vez que baje la marea los equipos de búsqueda puedan acceder a algunas de las zonas costeras que hasta el momento no han podido ser rastreadas por ser de difícil acceso.
Estos trabajos están siendo coordinados por la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Gijón en colaboración con la Unidad Especializada de los GEOS.
La pista de Sandra Bermejo se perdió sobre las 17:00 horas del 8 de noviembre, cuando la señal de su teléfono móvil fue localizada por un repetidor en el aparcamiento más próximo a la peña La Gaviera, en el vértice que se encuentra tras el faro del Cabo Peñas y donde fue encontrado su vehículo, en cuyo interior se encontraba su bolso con la documentación y las tarjetas bancarias.
La familia de Sandra Bermejo y SOS Desaparecidos habían solicitado estas batidas después de que un testigo asegurara que vio a Sandra apenas 40 minutos después de que un repetidor instalado en la zona dejara de emitir la señal de su teléfono móvil en el aparcamiento.
Además, uno de los voluntarios que participaba en la búsqueda avistó el 30 de noviembre una camisa del mismo tallaje que el utilizado por Sandra Bermejo, que fue recuperada con la bajamar, ya que se encontraba en un lugar sin acceso por tierra.
La camisa, que está siendo analizada, fue mostrada a los padres de la joven desaparecida, si bien éstos no pudieron reconocerla como suya ya que lleva dos años afincada en Gijón, donde trabaja en una clínica como psicoterapeuta, y por tanto pudo haberla comprado durante su estancia en Asturias.
En una investigación en la que se mantienen todas las hipótesis abiertas, las pesquisas también se están dirigiendo hacia los últimos movimientos que realizó la joven en los días previos a su desaparición, entre ellos sus contactos en las redes sociales.
Al parecer, la joven mantenía vínculos con grupos espirituales, como ha ratificado el presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, quien ha recordado que el día de su desaparición se celebraba el ritual de la luna de sangre, en los que estos grupos suelen utilizar ayahuasca, una medicina tradicional utilizada habitualmente por los chamanes y que tiene efectos alucinógenos.
La Jefatura Superior de Policía de Asturias mantiene todas las vías de investigación abiertas, sin descartar ni el suicidio ni una posible caída accidental al acantilado de Cabo Peñas.
Sin embargo, la familia de Sandra rechaza la posibilidad del suicidio, por tratarse de una persona alegre y con una vida organizada, y pone en duda la hipótesis del accidente, ya que la joven conocía bien la zona.
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