En los últimos años, han abundado los debates acalorados con respecto a los posibles beneficios y riesgos del cigarrillo electrónico o vaper, en aras de resolver el problema mundial de la adicción al tabaco.
¿Son los cigarrillos electrónicos realmente una solución efectiva a este dilema social? ¿O son simplemente otra trampa para quienes intentan dejar de fumar? Estas son algunas preguntas que trataremos de responder, mientras intentamos comprender más acerca de los cigarrillos electrónicos y sus implicaciones futuras en la sociedad.
La percepción de los cigarrillos electrónicos como una alternativa a fumar
Los cigarrillos electrónicos o vapes son una tecnología relativamente joven que simula la experiencia de fumar tabaco, mediante la producción de vapor que contiene nicotina y otras sustancias químicas.
Las compañías de cigarrillos electrónicos han comercializado los mismos como una alternativa al tabaco, y algunos estudios sugieren que el uso de cigarrillos electrónicos puede ayudar a los fumadores a dejar su adicción. Sin embargo, otros estudios afirman que su uso puede ser peligroso para la salud, así como llevar a los jóvenes a comenzar a fumar.
Casi tan conocido como el vapeo actual es ya el EVALI, una enfermedad pulmonar relacionada con el vapeo y que preside los titulares anti-vaping en casi todo el mundo. Pero es importante apuntar que EVALI solo ha aparecido en vapeadores de EE. UU., donde es legal consumir e-líquidos con THC (el compuesto psicoactivo del cannabis). Por lo general, estos vienen con vitamina E agregada, que es la causa directa del EVALI. Eso explicaría por qué no hay casos de la enfermedad en Europa, donde la normativa de vapeo no permite vender e-líquidos que contengan vitaminas.
De hecho, prestigiosas organizaciones como el King´s College of London, el departamento de Desarrollo Social de la Universidad de Washington y la agencia Public Health England han dado un paso al frente y brindado numerosas evidencias de que vapear es menos dañino que fumar.
"Muchos de los estudios que se han publicado demonizando al vapeo, se centran en los riesgos de los cigarrillos electrónicos, sin mirar los de los cigarrillos tradicionales. La gente no sabe a quién creer, y por tanto, cree lo que más le conviene", dijo Martin Dockrell , jefe del Programa de Control del Tabaco (por sus siglas TCP) en la agencia PHE.
¿Cómo se proyecta el panorama futuro para el vapeo?
Para muchos, los cigarrillos electrónicos son la mejor manera de dejar el tabaco porque proporcionan efectos similares debido al contenido de nicotina. Estos no provocan los olores desagradables del tabaco y se pueden usar en casi cualquier lugar, sin los efectos negativos del humo de segunda mano.
Además, hay diferentes tipos de dispositivos: desechables, recargables y mods electrónicos, por solo citar algunos.
Los desechables brindan mayor comodidad para los nuevos usuarios, ya que su diseño simple no requiere ningún mantenimiento y ni siquiera necesitan de que se presione un botón para encender; estos también suelen ser más convenientes para los fumadores que quieren cambiar al vapeo pero no desean lidiar con dispositivos complejos de operar, rellenar y mantener.
Por otro lado, los vapes recargables son los más recomendados para fumadores empedernidos que necesitan una ingesta de nicotina superior a la permitida en la mayoría de países, y que solo admiten la comercialización de un máximo de 20 mg/ml de nicotina en una botella de 10 ml de e-líquido.
“Es mejor no empezar a vapear si nunca has fumado”, aconsejan activistas del vapeo y organizaciones pro-vaping como Vapear Salva Vidas y ANESVAP en España. "La nicotina sigue siendo altamente adictiva y puede ser muy tóxica cuando se maneja de manera incorrecta.Por lo que es importante que los cigarrillos electrónicos se usen como una alternativa a los cigarrillos tradicionales en lugar de un trampolín hacia la adicción al tabaco".
La creciente disminución de la publicidad del vapeo orientado a los jóvenes, así como continuas campañas de concienciación dirigidas tanto a adolescentes y jóvenes como a sus padres, esperan lograr que el vapeo sea tomado como un método para dejar de fumar, en lugar de un pasatiempo social. De modo que las instituciones gubernamentales de cada país le permitan continuar su prometedora incursión en el mercado de los productos para la lucha contra el tabaquismo.
Entonces, ¿son los vapers una solución o una tentación?
Muchos usuarios duales (aquellos que comenzaron a vapear para dejar el tabaco, pero terminaron usando ambos) afirman que los cigarrillos electrónicos no satisfacen sus ansias de nicotina, por lo que cuando paran de vapear, aún necesitan consumir la nicotina de un cigarrillo.
Especialistas en el sector del vapeo apuntan que esto se debe a una mala elección del nivel de nicotina en los e-líquidos:
Hay un nivel de nicotina óptimo sugerido para cada fumador, aquellos que suelen fumar más de 2 cajas de cigarrillos diarios difícilmente obtendrán satisfacción con un vaper desechable de solo 600 caladas y 40 mg de nicotina (en la UE se admiten solo vapes desechables con nicotina de 20 mg/ml de nicotina o menos, en depósitos de máximo 2ml). Por eso creen que consultar a un experto es la mejor manera de encontrar la solución al tabaquismo a través del vapeo.
Por otro lado, en cuanto a los jóvenes atraídos por el vapeo, hay algunas reflexiones que también conviene poner sobre la mesa: ¿Cuántos de esos jóvenes que empiezan a vapear sin haber fumado, no empezarían a fumar de todos modos si no existiera el vapeo? De manera similar a lo que los representantes del PHE afirmaron anteriormente, la falta de estudio de estas estadísticas nos muestra que existe una tendencia a ver solo lo negativo en el vapeo, cuando el tabaquismo es una epidemia mucho más preocupante a la que el vapeo puede ayudar a poner fin.
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