Sin entrar en cuestiones técnicas, cada vez que nos conectamos a internet el operador nos da una IP que no es más que una serie de números y letras (depende de si tenemos IPv4 o IPv6) que nos identifica como clientes y que puede ser siempre la misma o ir cambiando.
Podemos entrar en esta página si queremos saber cual es la ip con la que navegamos en internet, y con el fin de comprobar si es fija apagamos el router, dejamos pasar unos minutos y volvemos a entrar en la misma página, así veremos si ha cambiado o no.
¿Qué datos pueden saber otros usuarios si ven esta IP?
En algunas ocasiones otros usuarios pueden ver nuestra IP, y de hecho las distintas webs lo hacen, colocando anuncios personalizados para la zona en la que vivimos o la localidad, y es que con esa IP pueden saber el domicilio, aunque de una forma muy general.
Muchas veces ni siquiera eso, ya que solo da una zona aproximada de la provincia, pero en ningún caso podrán averiguar nuestra dirección ni el nombre al que está la línea o la fibra, algo que solo pueden hacer las autoridades si un juez da permiso, lo que no es nada fácil.
¿Cómo nos afecta tener una u otra IP?
A la hora de acceder a las webs españolas no nos afecta de ninguna forma, más allá de que nos pueda salir algo de publicidad personalizada en nuestra zona.
Es posible padecer algunos inconvenientes si usamos webs de descargas, ya que hay operadoras que han limitado el acceso por IP, de manera que si queremos entrar con la IP de nuestra empresa de telecomunicaciones nos será imposible hacerlo, aunque esto se puede saltar de una manera muy sencilla.
Al acceder a webs de fuera de España, a veces nos encontraremos con lo que se conoce como “geobloqueo”. Así, si queremos entrar en la web de la BBC para ver algunas series y practicar el inglés, es muy posible que nos diga que no podemos acceder desde nuestro país.
Las páginas de streaming tienen catálogos distintos dependiendo del país
De todos es conocido que el mejor catálogo de Netflix y el más amplio está en EE. UU., al cual no podemos acceder, pues al entrar a nuestra cuenta identifica la IP como española, mostrándonos el catálogo de aquí.
Esto nos pasará con todas estas webs, en las que solo veremos los contenidos accesibles desde España, a no ser que usemos una VPN.
Con una VPN podemos cambiar nuestra IP pública
Como vemos, es posible que nuestra IP pública nos limite el acceso a determinados servicios, los cuales vamos a poder “desbloquear” gracias a una VPN, una red privada virtual que nos proporciona una IP del país que queramos.
Este es un servicio que nos ofrecen varias compañías, con el cual podemos cambiar la IP a voluntad, lo que además nos permite resguardar nuestra privacidad, al no aparecer por ninguna parte la IP pública.
El coste es bajo si lo contratamos durante al menos un año, y si tenemos problemas de geobloqueo o queremos mantener la privacidad mientras navegamos, lo cierto es que merece mucho la pena, más si tenemos en cuenta lo fácil que es hacer el cambio de IP.
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