Se habla mucho de las rutinas de cuidado de la piel o del cuidado facial. Pero, ¿conoces su importancia y cómo elegir la mejor rutina de limpieza facial que más te conviene?
Puede que no le prestes atención a tu piel (el órgano más grande de tu cuerpo), pero la verdad es que deberías hacerlo. Una adecuada rutina de cuidado facial es fundamental, ya que la piel es la principal barrera protectora de nuestro organismo frente a las agresiones externas. Entonces, ¿por qué no cuidarla? La clave para mantenerla y cuidarla adecuadamente invirtiendo en los productos cosméticos de alta calidad como los de Gema Herrerías.
¿Quién debe tener una rutina facial?
Antes que nada, es necesario recalcar y recordar que todos debemos tener una rutina facial, idealmente desde la adolescencia. Durante la pubertad, el cuerpo comienza a sufrir una serie de cambios que pueden verse reflejados en la piel, generalmente manifestados como un aumento de la secreción de las glándulas sebáceas, dando lugar a afecciones como el acné. Por ello, a partir de esta etapa, es recomendable empezar con una rutina facial y mantenerla y adaptarse a ella el resto de la vida. Los productos cosméticos y número de pasos para el tratamiento facial dependerá de las necesidades de cada individuo.
La importancia de una adecuada limpieza facial
Durante el día, el cuerpo suda, la piel se regenera produciendo células muertas, envejecemos, nos exponemos a la luz solar y artificial, expulsamos toxinas y grasa facial, y nos exponemos a la suciedad y la polución. Además, algunas personas, utilizan y se aplican productos de maquillaje.
Entonces, ¿cómo ayudamos a que nuestra piel se limpie, elimine las células muertas, destape los poros, hidrate, nutra, se mantenga saludable y retrase el envejecimiento? La respuesta está en una buena rutina facial.
Además, durante las 8 horas de sueño, el cuerpo continúa sudando y produciendo sustancias que necesitan ser limpiadas antes de que comience por la mañana. Todos tenemos necesidades especiales para nuestra piel, por lo que existen algunos consejos, productos e ingredientes que funcionan como complemento para llevar un estilo de vida saludable.
Cosméticos para la limpieza facial
Hay muchos tipos de limpiadores faciales, con diferentes texturas y métodos de aplicación, dependiendo de la forma de la cara, la limpieza y la persona. También hay que tener en cuenta el tipo de tensioactivo y el pH del producto, no deben ser demasiado alcalinos (de hecho, su pH debe estar entre 5 y 6).
Empecemos por la doble limpieza, que muchas veces es necesaria y recomendable para desmaquillar o eliminar productos de alta fijación como protectores solares o maquillajes a prueba de agua.
Cuando los productos de maquillaje son difíciles de quitar, tenemos que hacer una doble limpieza con cosméticos suaves y, si es posible, una base oleosa. Por ello, los productos de calidad, como los de Cantabria Labs, que sirven para dobre limpieza son:
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Agua micelar: este puede o no ser a base de aceite y tiene un tensoactivo muy suave que forma micelas que "atrapan" la grasa y la suciedad que es arrastrada por el disco de algodóno la muselina. Limpia disolviendo y arrastrando.
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Leche limpiadora: estos productos son mezclas o lociones de aceite en agua que contienen humectantes como la glicerina para eliminar el maquillaje y son excelentes para la piel seca.
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Bálsamo limpiador: este se basa en ceras y aceites vegetales, lo que lo convierte en un producto semisólido a temperatura ambiente. Además, son excelentes para la piel seca y la eliminación de maquillaje.
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Gel limpiador y espuma limpiadora: son ideales para pieles grasas y/o con acné. En el caso de las espumas limpiadoras que se forman al pasar el líquido por una bomba dosificadora, pueden ser geles o soluciones cosméticas. Sin embargo, debes tener cuidado con los productos que hacen mucha espuma, ya que algunos pueden contener tensioactivos ligeramente más fuertes para pieles sensibles. Algunos geles limpiadores contienen tensioactivos más suaves, como glicinato, glutamato y sarcosinato, que son mejor tolerados por la piel más sensible.
Mecanismo de limpieza de la piel
Los productos para la limpieza de la piel (ya sea facial o corporal) pueden actuar a través de una variedad de mecanismos: disolución, emulsificación, absorción o abrasión. En cualquier caso, las características que debe tener un producto cosmético de higiene son:
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Elimina la suciedad endógena y exógena y ayuda a mantener la función barrera de la piel.
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Disuelve los compuestos hidrosolubles (residuos de sudor), emulsionando o dispersando la suciedad liposoluble (sebo, restos celulares y restos cosméticos), el polvo y las bacterias.
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Deben ser adecuados para todo tipo de piel: respetar el pH y no causar irritación.
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No deben provocar cambios en la función protectora por eliminación de la flora bacteriana normal o por deslipidación excesiva.
El ingrediente clave: los tensioactivos
La mayoría de los limpiadores faciales están formulados con ingredientes tensioactivos. Para la limpieza facial utilizamos agua, pero esta, por sí sola, no elimina la suciedad lipofílica. Así que necesitamos algo que ayude a romper la barrera entre el agua y el "aceite", y ahí es donde entran en juego los tensioactivos.
Los tensioactivos son ingredientes clave en los limpiadores faciales que ayudan a romper la barrera de agua y aceite y emulsionan la suciedad. Estos se colocan en la interfase agua-ensuciamiento, lo que resulta en una reducción de la tensión interfacial, y el ensuciamiento se elimina mediante la formación in situ de una emulsión, que posteriormente se elimina arrastrando con agua.
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