Se cumplen dos años desde que se detectaron los primeros contagios de covid-19, enfermedad de la que todavía tenemos mucho que aprender y estudiar para conocer su alcance y el impacto en la salud de los afectados.
La caída del cabello, en especial en el caso de mujeres, es una de las secuelas asociadas al covid-19 que, a pesar de los avances en las investigaciones y la información recibida por el público general, es aún desconocida por la gran mayoría.
El tratamiento adecuado y la prevención, así como contar con la ayuda de expertos en salud capilar son pilares fundamentales para garantizar el mejor cuidado de nuestro pelo y evitar su debilitamiento y caída.
Efectos secundarios y secuelas del covid-19
Tras un par de años algo hemos aprendido sobre esta nueva enfermedad, y lo principal ha sido conocer sus síntomas más comunes para poder identificarla.
Los síntomas más comunes como son la tos, pérdida del gusto y olfato, fiebre y cansancio general; o algunos de los síntomas menos frecuentes como dolor de garganta, diarrea o dolor de cabeza son ya conocidos por todo el mundo.
Para la correcta recuperación de los pacientes hay que sumar algunas de las secuelas producidas por esta enfermedad a la que hay que añadir una a la que apenas se ha prestado atención pero que es fundamental para quienes la padecen: la caída del cabello.
Y es que esta secuela relacionada con haber padecido el covid-19 está comenzando a ser más frecuente, habiendo aumentado el número de mujeres que acuden a especialistas para tratar la caída del cabello o buscan ayuda de profesionales, tal y como nos comenta Alejandra Díaz, fundadora de Perfecthair y experta en cuidado del cabello femenino.
Son muchas las causas que pueden causar la pérdida del cabello: estrés, hormonas, genética, alimentación… A ello debemos sumar el haber padecido covid-19, y es que hay cierta correlación entre esta enfermedad y la caída y debilitamiento del cabello.
La inflamación general causada por esta enfermedad sumada al “ataque” a nuestro sistema inmune provoca como respuesta de nuestro cuerpo que se debilite el cabello y que se produzca de una forma más acelerada de la normal la caída de éste.
Por lo general la pérdida del cabello suele producirse semanas después de haber contraído la enfermedad, pudiendo alargarse hasta varios meses en aquellos casos en los que perdura la inflamación producida por la enfermedad.
A la propia enfermedad se deben sumar efectos colaterales de la misma, como son el estrés producido por el paciente que la padece ante su situación y la incertidumbre, el estrés causado por la obligación de confinamiento y aislamiento y los cambios hormonales por el cambio de dieta o la falta de exposición al sol y contacto al aire libre.
Ya sea por la propia infección y los síntomas propios del covid-19 o por las consecuencias relacionadas al aislamiento, la correlación entre esta enfermedad y la caída del cabello es una realidad que no podemos dejar de lado y debe ser tratada.
La caída del cabello ya no es un tabú
La caída del cabello y la alopecia son dos cuestiones que afectan principalmente a los hombres y son éstos quienes se suelen ver más afectados por esta condición, lo que hace que la mayoría de los tratamientos y productos para prevenir la caída del cabello se dirijan principalmente a hombres.
Sin embargo, la caída del cabello como hemos señalado puede deberse a múltiples factores: ya sea por cuestiones genéticas, relacionadas con alguna enfermedad como el COVID-19 o con algún otro factor endógeno o exógeno, estas causas también afectan a las mujeres.
Y es que cada vez son más las mujeres que deciden acudir a profesionales para tratar cualquier tipo de afección relacionada con la pérdida del cabello, lo que ha conseguido que se superen miedos del pasado y dejar de tratar esta realidad como un tabú.
Con el tratamiento adecuado y tratándolo a tiempo existen consejos, prácticas en el cuidado diario o productos que pueden fortalecer el cabello, retrasando o evitando al máximo sus efectos.
Muchas mujeres han iniciado en estos últimos años cambios para prevenir la caída del cabello como mejoras en sus hábitos de alimentación hacia un estilo más saludable, comenzado a utilizar el champú adecuado o han incorporado en su rutina de cuidado productos como serums, aceites o mascarillas que fortalecen y protegen el cabello.
Cuidar la salud capilar es cuidar de nuestra salud general, no debemos restarle importancia.
Por todo ello, si has pasado el covid-19 y notas que tu cabello se encuentra más débil que antes de la infección o que ha aumentado la pérdida de cabello, no dudes en acudir a profesionales en cuidado y salud capilar para conseguir los mejores resultados en prevención de la caída capilar.
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